Ya nos decía el gran Rafael Ansón en este post (en el que hablábamos de la importancia del «tapeo» para nuestra gastronomía): “Al éxito internacional de la cocina española ha contribuido notablemente el triunfo universal de la tapa”. Y es precisamente este icono, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero elevado a un formato de alta gastronomía, el protagonista de lo nuevo de Javier Aranda en el restaurante La Cabra.
La semana pasada nos pasamos por La Cabra para ver su recién estrenado cambio de imagen, a cargo del estudio Mecanismo, y para probar cositas de su nueva carta, transformada por completo tras los cinco primeros años de recorrido. Como os decimos, estamos ante un formato en el que vas a poder pedir a la carta (no hay menú degustación), y principalmente en formato tapeo, pero claro… hablamos de tapas con firma de estrella Michelin.
Tapas de aquí y de allá, mezclando gastronomía madrileña y manchega con nuestro sur, y nuestro norte, pero también con Francia, México, Asia… siempre atrevidas pero finas, tapeo tradicional, pero a la vez vanguardista. No has probado algo igual, así que tras una foto más de la sala, te lo vamos a contar ya mismo.
Empezamos nuestra visita a La Cabra con una Terrina de Foie con pistacho, le meten molleja y la acompañan de un hoisin de mango.
Ajoverde de pistacho, con anguila ahumada y ajo negro de Las Pedroñeras. Este plato es un espectáculo, la textura (y el sabor) de ese ajoverde, nos tocaron la fibra.
Su homenaje al Bocata de calamares. Con pan airbag, con los calamares por fuera, mayonesa de jalapeño y de lima, con su ajilimójili por encima. Lo que comentaba al comienzo, tapeo con nivelón, y originalidad. No te has comido uno así en tu vida.
Pasamos a unas Cañaillas, hechas con un guiso de caracol tradicional, con su toque picantón bastante presente. Por encima, un gratinado de salvia. Lo acaban en mesa, y ahí aprovechamos para retratarlo.
Y sin duda, uno de las tapas estrella, el Taco de pato Pekín, pato a baja temperatura, con hoisin de cereza, brotes de puerro y pepino. Este ya nos lo comimos en Gaytan… un escándalo, para comerse 20.
Y acabamos la parte salada de nuestra visita a La Cabra con algo más contundente, ya no tan formato tapa, una Presa ibérica acompañada de crema de coliflor y chocolate blanco, flor de loto crujiente con polvo de tomate y salsa de coles fermentadas.
De postres, primero una Torrija clásica, cobertura de chocolate, tierra de pistacho y helado de caramelo.
Y para acabar, su clásica Tarta de queso con espuma de mascarpone y polvo de camomila y jengibre.
Nos gusta la nueva jugada de La Cabra. Con este cambio de rumbo, apostando por una carta más informal, Javier Aranda pretende acercar su gastronomía a más público, a gente con ganas de probar un tapeo de autor y de máxima calidad. Clásicos de siempre, junto con potentes y originales novedades donde producto y técnica casan de maravilla. Guiños a España principalmente, pero también a muchas partes del mundo, donde el tapeo (aunque no llamado así) está igual de presente que en nuestra tierra. Con un ticket que rondará entre los 60-70 euros, con este nuevo concepto vas a tener la oportunidad de irte de tapas como nunca antes lo habías hecho, y vas a disfrutar y a divertirte con cada bocado. Ya me contarás.
Como siempre, por si quieres seguir la pista a lo nuevo de La Cabra, aquí tienes la web, y su perfil de Facebook, Twitter e Instagram
C/ Francisco de Rojas, 2
914 457 750
Fotos: Gregorio González
Con los ultimos cambios quedo muy bien el lugar , para mi es un clasico para ir de tapas en la ciudad . Siempre que recibo visitas , trato de llevarlos a la cabra donde se la pasa realmente bien.