Si las semanas pasadas os hablábamos de restaurantes muy poco conocidos, esta no descubrimos nada nuevo, pero sí ensalzamos el que para nosotros es un restaurante infalible (e indiscutible), un fondo de armario de la gastronomía madrileña, hablamos de Roostiq.
Si aún no lo conoces, debes saber que aquí todo suma para el disfrute, desde el producto que obtienen de su propia finca a las afueras de Ávila (cerdo de bellota, pollos criados al aire libre, o vegetales como puerros, espinacas, tomates…), hasta su equipo de sala, pasando por su amplia oferta de vinos o champanes, y por supuesto, por una de las cartas de comida mejor planteadas de Madrid.
Además de sus famosos Torreznos y sus aclamadas Pizzas, en Roostiq puedes comer también verduras ecológicas a la brasa, o una selección de carnes y pescados de infarto, además de varios postres dignos de peregrinaje, como su Tarta de queso.
En sus 5 años (recién cumplidos) les hemos hecho ya muchas visitas, pues esta propuesta donde el producto apenas se toca y al hacerlo es con el sutil toque de las brasas que tanto dominan, nos tiene más que fidelizados. Iba tocando retratarlo como merece para contarlo por aquí, ya mismo va lo que pedimos.
Primero, empezamos con media ración de Torreznos. Mucho se ha hablado de estos maravillosos torreznos, y con razón. Nosotros los incluimos hace tiempo en nuestro ranking con los mejores de Madrid. Siempre que podemos, repetimos. Los hacen primero al horno y luego a la parrilla, son finos, jugosos, y con una piel extra crujiente, para comerse 100.
Después, seguimos con otra media de Puerros (de la finca de Roostiq en Ávila). Cuando un producto tiene esta calidad, solo hay que confitarlo y darle un toque de brasa para que esté tan tierno y delicado como espectacular.
Luego otro de sus clásicos, la pizza. Nos decantamos por la Pizza Roostiq, con base de tomate, burrata fresca, jamón ibérico de bellota, albahaca y trufa de verano (que rallan en mesa). La hacen en su horno de leña (son estilo napolitano), y la masa es una auténtica pasada. Si además le añades estos ingredientes, tienes sin duda una de las mejores pizzas de Madrid.
Un must en su carta, el Pollo Roostiq (ecológico criado en libertad en su finca), se trata de un contramuslo deshuesado que asan a la brasa de carbón de encina, y lo acompañamos con salsa de tomate, y un side estrella, los Pimientos a la brasa con ajo, pimienta y aceite de oliva virgen extra.
Por último, acabamos con un Solomillo de ternera al horno de leña. Una auténtica locura que ya había probado en otras ocasiones y que siempre recomiendo. La salsa, con mantequilla y la propia grasa de la carne, es para no dejar ni gota.
Y de postre, no podíamos pedir otra cosa que su también famosa Tarta de queso (sí, en Roostiq hay muchos platos famosos). La elaboran con queso crema y huevos ecológicos, llega a la mesa a la temperatura perfecta, y tiene una cremosidad magistral.
Una vez lo pruebas, repites y repites en Roostiq. Tienen una carta sencilla, y efectiva, donde apetece todo, y donde no hay fallo. Hablamos de producto de temporada, de gran calidad, sin más fuegos artificiales que el propio sabor de cada cosa potenciado por las brasas. Sus clásicos, como los Torreznos, sus Pizzas o su selección de carnes, son la excusa perfecta para pasarte por allí, pero realmente pidas lo que pidas, estará más que bien trabajado. Como pluses, podríamos decir que además puedes ir a comer cualquier día de la semana, de lunes a domingo, y de 13.15 hasta el cierre, puedes comer nonstop. El ticket oscilará según lo que bebas, pero más o menos rondará los 50-60 euros por persona. Roostiq tiene una auténtica legión de seguidores. Nosotros lo somos, y cuando vayas también caerás.
Aquí puedes ver la web de Roostiq, y aquí seguirles en Instagram.
C/ Augusto Figueroa, 47.
PD: También tienen un Roostiq en Marbella.