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¿Sabes ese restaurante que lleva años (literalmente) en tu lista de pendientes, y una vez lo visitas no te puedes perdonar semejante tardanza? Pues esto es exactamente lo que nos ha pasado con el original restaurante japonés que te recomendamos esta semana, Torikey.

Si sueles estar al día de la movida gastro madrileña, seguramente esta vez no te estemos descubriendo nada, pues desde que Torikey abrió sus puertas hace ya 5 años, su éxito ha sido arrollador. Su creador, Hiroshi Kobayashi (ex Miyama), lo tuvo claro desde el comienzo, quería romper moldes apostando por un japonés sin sushi, especializado en yakitori (especialmente en brochetas de pollo), y así lo hizo.

Esta apuesta por la especialización en yakitori en general (y el pollo en concreto) y calidad de producto y de cada elaboración, ha hecho que este restaurante se haya ganado el respeto que merece, estando entre los grandes japoneses de Madrid. Hace años, cuando inició su camino, no existía ningún japonés que fuera más allá del sushi y el sashimi. Ahora ya le han salido algunos competidores, unos más serios que otros. Eso siempre es buena señal, aunque en este caso se podría decir aquello de que «el que pegó primero, pegó dos veces».

Así, en este restaurante, ubicado en la agradable y gastronómica Plaza del Descubridor Diego de Ordás (Fokacha, Jimbo, Lakasa), te vas a encontrar una extensa carta, con Entrantes como sus Patatas bravas japonesas, sus rollitos o gyozas Torikey, o Sashimi (pero ojo, de pollo de corral). Alguna que otra ensalada, Sopas, Fritos (aquí también mucho pollo), Arroz y fideos, Curry, Ramen, Udon… y al darle la vuelta a la carta, su gran especialidad, las estrellas indiscutibles, los Yakitori-Kushimon.

Es complicado elegir, pero tras esta visita a Torikey, pudimos comprobar que afortunadamente, todo lo que pedimos fue un acierto absoluto. Así que puedes o bien lanzarte a pedir «uno de cada», o dejarte asesorar por Hiroshi. Te contamos lo que pedimos nosotros, mientras escuchábamos una muy buena selección de jazz (todo suma).

Empezamos con una Sopa miso, para ir entonando el estómago.

Seguimos con Gyozas y Rollitos de pollo y verduras Torikey.

Pollo Nanban, con salsa aurora. Contramuslo de pollo de corral marinado, rebozado, y acompañado de salsa cítrica. Por fuera crujiente y por dentro jugoso. Realmente espectacular. Según nos cuenta Hiroshi, la técnica de la tempura aunque supuestamente viene de Japón, tiene su origen realmente en España, ¿lo sabías?

Después, Tebasaki al estilo Nagoya. Esta es la forma más famosa de comer alitas de pollo en Japón. Para comerse 50.

Empezamos con los yakitories con el de Pechuga de pollo con salsa de ciruela y hoja de shiso.

Yakitori de cerdo ibérico al carbón, con cebolla tierna y sichimi. Según nos cuenta Hiroshi, esta brocheta es muy típica de la zona sur de Japón.

Yakitori Negima, muslo de pollo acompañado de cebolla tierna. Es el más clásico de sus yakitoris, y con razón.

Yakitori de salchicha japonesa, con mostaza japonesa (ojo, pica bastante, es un poco estilo wasabi).

Picadillo de pollo casero Tsukune. Una locura (posiblemente el mejor plato que probamos), lleva 23 ingredientes, casi todo verduras. Lo mojas en la yema a baja temperatura, y flipas en colores.

Y acabamos con el Pollo al curry seco estilo de mi madre (la madre de Hiroshi, claro).

De postre, el Chocoyuzu, una base de chocolate blanco, con gelatina de yuzu, galleta de té verde, fresa liofilizada, y helado de coco (casero). Recomendación, cuando metas la cuchara dale bien de arriba a abajo para coger de todo. Fresco, cítrico, dulce, crunchy, lo tiene todo.

Disfrute elevado al cubo en esta primera visita (sí, se que hemos tardado) al restaurante Torikey. Cada plato, y cada yakitori, mejor que el anterior. Cocina japonesa diferente, hecha con cariño, con mucha intención (todo es casero), y con grandes dosis de sabor y diversión en cada bocado. El producto español sin duda es de primera, y el tratamiento que le dan, al más puro estilo de los auténticos restaurantes de yakitori japoneses, es de 10. Puedes optar por pedir a la carta, como hicimos nosotros, con un ticket que rondará los 35-40 euros, o dar a alguno de sus menús degustación (a mesa completa): Menú Omakase corto (38,50 euros) o largo (55 euros). Ahora que ya se puede, lo mejor será que comas en su barra, la experiencia cobrará aún más autenticidad.

Plaza del Descubridor Diego de Ordás, 2.

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David

Buena dentadura, estómago de hierro, casi dos metros y un metabolismo maravilloso... una máquina de comer. Alguien tiene que hacerlo, así que como y bebo como loco para después contártelo y que vayas a tiro hecho.

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