A pesar de que tenemos algunos destinos gastronómicos muy interesantes en la sierra de Madrid, a día de hoy todavía no son muchos los proyectos que van más allá del clásico concepto de «asador de toda la vida». Esta semana te descubrimos un restaurante que, tras abrir sus puertas hace apenas dos semanas en Navacerrada, hemos visitado el fin de semana pasado. Hablamos del restaurante Carande.
El chef madrileño Carlos Carande (Grand Diplome en Cocina y Pastelería en Le Cordon Bleu, y con experiencia en restaurantes de la talla de Zuberoa), tiene como máxima ofrecer su personal visión de la cocina de mercado, donde el mejor producto de proximidad (procedente de la misma sierra de Madrid donde se encuentran), elaborado con sencillez y sin estridencias, es el protagonista tanto en una carta más bien corta, que irá rotando cada temporada, como también en dos menús degustación, de 9 y 12 pasos.
Situado en plena plaza de Navacerrada, Carande tiene tres zonas: la terraza y la barra, con un ambiente más informal donde vas a poder probar platos sencillos pero igualmente trabajados (además también de la carta del restaurante); y una sobria y minimalista sala, dedicada a las comidas más formales.
Aquí fue donde pudimos probar algunos de los platos de su interesante carta. Elaboraciones que, categorizadas a la vieja usanza, como Entrantes, Pescados, Carnes, y Postres, son versiones muy personales del chef, donde demuestra que menos es más, y que con criterio y sin «fuegos artificiales» su propuesta gastronómica es más que efectiva.
Empezamos con dos platos frescos, a la par que sabrosos, que realmente entraron de maravilla. Una Ensalada de tomates cherrys confitados y pelados, queso feta, albahaca y vinagreta de cítricos.
Y Batata asada sobre crema de calabaza y naranja, ensalada, con crujiente de garbanzos y napado de lima.
Después, una Menestra de Verduras de temporada, con fumet de ibéricos y crujiente de jamón, donde todo sabía a lo que tenía que saber.
De pescado, elegimos unas delicadas Cococha de merluza en caldo de garbanzo y jugo de ibérico.
Y del apartado de carnes, nos quedamos con un Cochinillo confitado, con crema de calabaza y chutney de frutas. Solo por esto ya merece la pena visitar Carande. Tremendo.
Acabamos con dos grandes postres. Una Oblea de almendras con crema ligera de vainilla y almendras, una interpretación de un postre de la abuela de Carlos (que pasó muchos años viviendo en Marruecos).
Y una espectacular Tarta de queso líquida (con mezcla de tres quesos diferentes, uno de ellos Roquefort), con helado de mantecado. La hemos tenido que incluir en nuestro ranking con las mejores tartas de queso de Madrid.
En Carande te vas a encontrar sabores muy reconocibles, pero ejecutados con técnicas más actuales. Un restaurante que podría catalogarse, por el lugar donde se encuentra, como atrevido y valiente, donde el criterio de Carlos Carande, unido al respeto al producto (aquí se nota su paso la escuela francesa, y por grandes clásicos del País Vasco), y al cariño con el que trabaja, hace que merezca y mucho la pena el paseo hasta Navacerrada para conocer su cocina.
No hay mejor síntoma de que la cosa va a funcionar que salir de allí con ganas de volver a probar más y más platos, para conocer qué es capaz de hacer en el resto de temporadas del año, y esto fue exactamente lo que nos sucedió con la recomendación de esta semana. Con una sala muy agradable, una carta de vinos muy completa, y un ticket de 45-50 euros, se nos antoja visita obligada si quieres darte una mini escapada gastronómica a la sierra. Ojo, no dejes de probar su cochinillo confitado, ni su tarta de queso. ¡Ya nos contarás!
Por si quieres seguir la pista del restaurante Carande en Instagram, aquí mismo te dejamos su perfil.
Plaza del Doctor Gereda, 10. Navacerrada.
683 491 066