En una ciudad como Madrid, encontrar la fórmula del éxito es siempre complicado, y más ahora mismo con el ritmo de aperturas y la ingente oferta gastronómica. Pues bien, David Yllera, Nacho Aparicio y Juan Tena (clásicos players de la restauración madrileña), han dado en el clavo pero bien con el nuevo hit del que habla todo Chamberí y todo Madrid, Bar Trafalgar. Te contamos por qué.
Bar Trafalgar es un bar como los clásicos bares de Madrid, de toda la vida, donde vas a poder tomarte cervezas, vermuts de grifo o botella, cócteles clásicos y de autor (su barra es fantástica), o también buenos vinos, pero con el plus de que su tapeo y raciones están pero que muy buenas.
Aquí nada es fruto de azar, sino más bien de un cuidado al detalle que va desde la música que acompaña la experiencia, hasta la iluminación, y por supuesto y la razón de que lo recomendemos esta semana, su propuesta de comida.
Así, con la excusa de tomarte algo, resulta que vas a poder disfrutar desde el aperitivo hasta la cena, de una selección muy bien pensada de raciones y tapeo (si quieres puedes hacerlo a medias raciones). Un poco en la línea del bar, de toda la vida, pero con un interesante y fresco twist. Buen producto y sencillez, sin pretensiones pero todo en su sitio. Gildas, boquerones, ensaladilla, bravas, croquetas, puerros, mollejas, pepito de solomillo, y hasta se atreven con su versión de una clásica cheeseburger, ¿por qué no?
Nosotros hemos ido ya un par de veces, hemos probado casi toda la carta, y siempre salimos con ganas de más. Te contamos lo que pedimos en nuestra visita de la semana pasada a Bar Trafalgar.
Empezamos con una Ensaladilla rusa, con ventresca y alcaparritas. A pesar de que apenas llevan 3 meses abiertos, comértela acompañada de una buena cerveza, es ya un clásico.
Después, Anchoas con mantequilla ahumada sobre pan brioche fino, Tomates aliñados con una vinagreta buenísima, y sus Gildas.
Bravas amilhojadas, con la patata laminada en capas muy finas y después frita, y una salsa brava clásica. Tremendas.
Luego probamos la Ventresca de atún rojo a la brasa (pura mantequilla) acompañada de escabeche casero.
Pasamos a las carnes, con su Pluma ibérica a la brasa, acompañada de patatas amilhojadas (las mismas que usan en las bravas).
Pepito de solomillo de vaca vieja, con mostaza y cebolla caramelizada, y por último La Fina, su adictiva cheeseburger. Carne, doble de cheddar, pepinillo encurtido, cebolla roja, salsa de pepinillo casera, y todo ello entre un esponjoso brioche. Para comerse 20.
De postre, cayeron dos: Tarta de queso y Torrija casera. Ambos con buen nivel, aunque mejor la Tarta de queso.
En Bar Trafalgar lo vas a pasar bien, y vas a beber y comer aún mejor. Puedes tomarte un buen vino y jugar al billar, o unas cañas con unas raciones pero que muy reseñables, o darle cera a los cócteles. Aquí todo funciona para el disfrute del personal. El consejo sería que vayas un día si quieres a la hora de la comida, pero no dejes de hacerlo por la noche, hay musicote y ambientazo, pero insisto, su carta sorprende para bien. Ensaladilla, pepito de solomillo, bravas, gildas, pluma ibérica, croquetas… con un ticket medio que puede rondar los 30 euros/persona según sales por la puerta, quieres volver con más gente, y no hay mejor indicativo de que el proyecto funciona, de que es el bar que Madrid necesitaba.
Aquí puedes ver la web de Bar Trafalgar, o seguirles en su perfil de Instagram.
C/ Alburquerque, 14.