El fuego tiene algo hipnótico en todos nosotros, pero ¿te has preguntado el por qué de esta atracción?. El fuego es sinónimo de cocina, y la cocina es sinónimo de vida, y de placer. Cuando el Homo Erectus descubrió que el fuego no solo le daba calor o ahuyentaba a los depredadores, sino que además hacía comestibles (y más ricos) sus alimentos, seguro que dio palmas con las orejas. Si amigos, todo a la brasa sabe mejor, desde hace más de 500.000 años, y esta es la premisa de nuestra recomendación de esta semana, el Restaurante Fuego.
El grupo Los 4 elementos, que de momento ha lanzado con éxito dos de ellos, Aire (basado principalmente en aves), y el que te recomendamos esta semana, Fuego, es un interesante proyecto de dos jóvenes empresarios gastronómicos, a quienes les gusta hacer las cosas muy bien, Erika Feldmann e Ignacio González-Haba, quienes cuentan con la buena mano de Gonzalo Hierro como chef ejecutivo del grupo.
Con estas buenas referencias, teníamos que pasarnos a conocer su cocina, así que la semana pasada visitamos el Restaurante Fuego, y sí, nos llevamos una muy grata sorpresa.
Nosotros comimos en la terraza, pero en cuanto a la sala, se trata de un pequeño espacio con un también pequeño reservado, que emula un elegante salón del siglo XIX, y con cocina vista (pero cerrada, por el tema de no ahumar al personal). Y sobre la carta del Restaurante Fuego, no es muy extensa, pero mantiene un interesante equilibrio al estar dividida en Elaboraciones ahumadas en frío, Calientes con humo, y Especialidades al Fuego. Te contamos ya mismo lo que pedimos.
Comenzamos con un aperitivo, un Salmón marinado, con croutons de albahaca, mantequilla ahumada y sal de carbón activo.
Y después, seguimos con una Ostra reina, ahumada en frió, con manzana, cítricos e hinojo. Una señora ostra, bien robusta de carne, y con un saborazo espectacular.
Pasamos a uno de los platos más míticos del Restaurante Fuego, y con razón. Media ración de su Steak tartar, aromatizado con sabores de humo y brasa.
Tortilla de patata, txangurro y humo. Servida en el propio caparazón del txangurro, con salsa de pimientos ahumada en el horno. Otro de los hitazos, no es para menos. Según nos contó Gonzalo, una vez confitado y amalgamado todo, lo ponen 3 minutos a 300 grados en el horno de leña, así tiene esa maravillosa costra, y así está de bueno amigos, así está.
Pescado de roca (cabracho), cocinado al fuego en hoja de cedro, con espuma de puerro a la brasa, liliáceos y caldo dashi de faisán.
Y por ultimo, una media ración de Roast Beef de vaca rubia gallega (maduración de 45 días) y macerado en whisky de malta, con puré de patata y cebollitas al PX.
De postre, una Tarta de chocolate, con escamas de sal y aceite ahumado. Interesante el toque del humo en el aceite, pero eso sí, contundente donde las haya. Tal vez lo que menos nos emocionó (que fue casi todo) de nuestra comida.
Sin dudas, muy buena experiencia en el Restaurante Fuego. A pesar de que la carta, como te decía al comienzo, no es muy extensa, tampoco se hecha en falta, porque Gon Hierro domina las brasas y los puntos de cocción como pocos, y porque los productos con los que trabajan en este restaurante son de primera. Con un ticket que rondará entre los 40 y los 50 euros por persona, estamos ante una visita obligada para esos #conelmorrofino.
Aquí puedes seguirles en Facebook e Instagram, y aquí tienes su dirección:
C/ Hermanos Bécquer, 5.
Fotos: Gregorio González