¿Pero cómo puede algo tan sencillo como un pollo, llegar a estar tan bueno?, ¿cómo es que después de haber probado tantas, una hamburguesa me puede sorprender?, ¿por qué a nadie se le había ocurrido hacer algo así antes?. Estas son algunas de las preguntas que te harás cuando salgas de Limbo, el nuevo concepto del Grupo La Musa, un asador moderno en los bajos del novísimo Bastardo Hostel, en la calle San Mateo, que visitamos la semana pasada y nos ha enganchado por completo.
Te cuento. Estamos ante un concepto original, innovador y muy bien planteado. Se trata de un espacio muy amplio, con decoración industrial, ubicado en la planta de calle de un Hostel (con precios baratísimos por noche). Está dividido en la zona Pica Pica, donde el picoteo, los macerados de Macera, y la cerveza es la protagonista, y la zona Limbo, que fue donde comerás auténticas maravillas a la brasa.
Todas las recetas de Limbo pertenecen al chef argentino Javier Brichetto, quien nos ha demostrado que maneja esta técnica como nadie. Las brasas llevan su nombre, y son calentadas en un espectacular horno cisterna, que un artesano del hierro ha diseñado a medida para ellos. De hecho, ya verás… según entres por la puerta giratoria, ya notarás ese aroma ancestral que tanto nos pone a todos.
Entrando, a la izquierda, te encuentras con este puesto para picar algo, y zumbarte una buena birra. Tras tomarnos una Bastarda, una Pale Ale bien fresquita, hecha por ellos mismos, pasamos a la otra zona, Limbo. La verdad es que había hambre…
Sorprende la amplitud del espacio, la cantidad de luz que los grandes ventanales permiten que entre, la música buenrollera, los camareros sin uniforme y con muchas ganas de agradar, y repito, el olor que vas sintiendo según te acercas al gran horno donde podrás ver cómo se doran esos preciosos pollos. Buena puesta en escena en Limbo, aquí todo está bien integrado y tiene un sentido.
Con otra cerveza en la mano, esta vez una Heineken Fresh Draught, comienza el festín con unos buenos Tomates a la brasa, con perejil y aceite de ajos asados. No podemos estar más felices.
Y justo después de los tomates, llegó el turno del Pollo a la brasa, el principal protagonista en Limbo. Para su preparación, lo marinan con ají panca peruano, chipotle, aceite de oliva, sal y pimienta… tras 48 horas en cámara, pasa a la brasa con leña de encina (lo que le aporta ese crujiente) durante una hora.
Este es el resultado, como te avanzaba en el título del post, posiblemente este sea el pollo a la brasa de tu vida. Está, con perdón, acojonante.
Nos lo comimos, además de con los tomates a la brasa, con otra de sus guarniciones, una Patata asada de feria. La hacen en el horno, con carne y una mezcla de patata, requesón, aceite de oliva, y cebolleta… y finalmente la gratinan con bechamel y parmesano. Gran acierto, en Limbo no te vas a comer cualquier pollo, y tampoco te vas a comer unas patatas fritas, no. Esta patata asada es otra liga.
Después, pasamos a clavarnos su gran Hamburguesa, de carne de ternera de La Finca, hecha a la brasa, con queso cheddar, tomate, lechuga hidropónica, y bastante chimichurri, todo esto metido en un pan de pueblo, rústico. No te cuento más, solo que pasa a nuestro top de hamburguesas en Madrid, del tirón.
Luego, fuimos a por el Sandwich de Brisket, marinado con varias especias durante 24 horas, y después cocinado durante 6 horas, 3 horas ahumado en el smoker, y 3 horas en horno convencional, con salsa barbacoa con bourbon justo antes de servirla. Va acompañada de pepino y tomate fresco a la chapa, lechuga y tomate y una salsa criolla argentina (cebolla, tomate y pimiento rojo) igualmente con pan rústico, que aguanta muy bien, por cierto.
Y por último, que aún teníamos carrete, los postres. Vienen todos en tarros de cristal… y nosotros pedimos una Tarta de limón, su versión del Lemon Pie, con una crema muy suave de limón, un crujiente de galleta y un merengue.
Y un Flan de dulce de leche, con caramelo líquido y espuma de queso de cabra. Como buen argentino, Javier tenía que poner un dulce de leche en la carta. Toda la repostería de Limbo es casera, son recetas suyas de hecho… buenísimos postres.
En Limbo no te vas a encontrar una lista interminable de platos, sino una carta corta, muy bien pensada, con 4 entrantes, 4 principales, 4 guarniciones y 4 postres. Con algunos auténticos hits como su pollo a la brasa, o su hamburguesa de ternera con extra de chimichurri, pero todos muy finos en general. De hecho, creo que en este proyecto todo está muy bien planteado para que la experiencia global sea fina. El espacio (diseño e interiorismo del Estudio Triscaideca), la música, el ambiente, el puesto para picar y tomar birras, y por supuesto, ese gran horno a medida, de donde salen algunas auténticas maravillas. Rollo fresco y cocina nonstop (desde las 12 del mediodía y hasta la 1am), con un ticket que rondará, según lo que te animes claro, los 2o-25 euros… pues eso, lo que te digo, para volver una y otra vez.
Por si les quieres seguir la pista, como siempre, aquí te dejamos la web de Limbo, su Facebook y su cuenta en Instagram.
C/ San Mateo, 3.
PD. Hazme un favor, chivatazo a cambio de un comentario. Cuando te comas ese pollo, ¡déjanos uno aquí!