Este no es otro ranking más. De hecho no es un ranking. Son los 15 vinos que más cachondo me han puesto este año, con perdón. No hay puestos, solo momentos vividos. Sin preferencias. Algunos no son los más grandes vinos, ni tampoco se espera. La cosa es que por H o por B los disfruté muchísimo, como lo hice con los champagnes que te recomendaba anteriormente en este post, y lo quiero contar así.
Aquí viene una lista con los mejores vinos del 2020, para mí, claro está.
Verduno Pelaverga 2018 Burlotto
El mítico Burlotto en el corazón de Verduno. Varietal de pelaverga. Carne de winelover. Tanto Barolo, tanto Barolo… Violetas, frutas del bosque y un trago especiado, delicioso y fresco. Disfrutado en Angelita un día tonto, sorprendente, gustando más que otras botellas “mayores” que se probaron. Fíchalo aquí.
Les Empreintes Laherte Freres (Deguelle 2011)
Ya se sabe lo de los degüelles viejos en champagne. Y en esta casa no fallan. 50% chardonnay, 50% pinot noir. Crianza de 4 años. Vino de placer absolutamente reposado. La pinot y la chardonnay se funden en un conjunto de mantequilla, fruta madura, hierbas provenzales y pura mineralidad. Te pees. Fíchalo aquí.
As Caborcas 2014
Telmo Rodriguez en Valdeorras. Poca ha tardado el winemaker con el mejor pelazo de España en poner a Valdeorras donde seguramente se merece. Mezcla de variedades (mencía, merenzao, sousón, garnacha…..) en suelos graníticos en los bordes del río Bibei. Jugoso, fino, huele a monte y a piedras. Todo vestido de una elegancia maravillosa. Fíchalo aquí.
Jean Noel Gagnard Chassagne Montrachet Les Petits Clos 1er Cru 2011
Sin duda, uno de los mejores vinos del 2020. Un “borgoñita” de libro, que diría alguno. Casa en biodinámica desde el 2009 se aproxima a la quintaesencia del blanco borgoñón a base de flores blancas, madera perfectamente integrada, cremosidad, potencia controlada y mineralidad. Para arrasar a cualquier tinto. Dios salve a los clásicos. Fíchalo aquí.
Ganevat Les Chalasses Vielles Vignes 2014
Inolvidable botella en el día de mi cumpleaños. Hacía tiempo que no bebía Ganevat cansado de tanta botella por todos lados. Pero pobre de mi… ¡vaya bombazo! Chardonnay viejisima en manos del maestro. Tensión, mineralidad y cremosidad extrema. Precisión es la palabra. Poco más se puede añadir. Fíchalo aquí.
O Pereiro 2016
No podía faltar Don Xurxo Alba y su cuvee O Pereiro. Una finca de suelos de arcilla, cuando lo habitual en la zona es granito, y plantada en espaldera, nada de emparrados de viñas viejísimas. Le puede volar la cabeza al winelover más romántico. Salino, vertical, punzante en su mejor sentido. Años tiene por delante…… Por no hablar del maravilloso 2015, ¡que quiero guardar hasta el 2025! Fíchalo aquí.
Charvin CDP 2001
Cuando hablamos de garnacha, por muy española que sea la variedad, hay que mirar al sur del Ródano. Y si hay que rezar como el Papa, hay que arrodillarse ante Charvin y su Chateauneuf du Pape. Vaya botella! Un 2001 impecable. Fino, carnoso y señorial. Se me hace el culo pepsi-cola acordándome. Fíchalo aquí.
Chateau Paquita 2018
Ya lo dije en su día y lo vuelvo a repetir. Eloi Cedo es ya un cult wine maker y su Chateau Paquita lo refrenda año a año. Botella deseada por todo quisqui. Mallorca es funky. Callet, manto negro y monastrell. Pura frescura mediterránea. Naturalmente natural. Fíchalo aquí.
Barranco Oscuro Autoctona Vigiriega 2018
Hacía tiempo que no bebía nada de los, posiblemente, pioneros del vino natural en España. Como no puede ser de otra manera los vinos son cada vez más precisos, cada vez mejores. Sorpresa absoluta este varietal de vigiriega. Perfumado, delicado, puro zumo de gummy bayas. Trago largo y placer absoluto. Me flipó y por eso lo quería incluir en esta lista con los mejores vinos del 2020. Quiero una casa en las Alpujarras. Fíchalo aquí.
Thomas Pico Cote de Jouan 1er Cru 2011
Me estoy dando cuenta de la cantidad de placer que me ha dado este año la chardonnay mientras escribo esto. Como si fuera algo raro. Thomas Pico es una de las “rising stars” actuales y cuando coges una botella con años se queda directamente en STAR, con mayúsculas. Se me acaban los adjetivos para decir que la botella tuvo un poco de todo, pero con lo que me quedo es la maravillosa personalidad que imprime en sus vinos. Cómpralo, antes de que sea impagable.
Quinta da Muradella Garnacha tintorera 2012
Una puta referencia en España. Jose Luis Mateo. Monterrei is the place y la garnacha tintorera el muestrario de que este señor es de otra galaxia. Una virguería es lo que hace vistiendo de gala a este variedad y acabando en uno de los vinos más elegantes y emocionantes que he tomado este año. Fíchalo aquí.
Jean Foillard Cote du Py 2016
Recuerdo cuando empecé a beber sus vinos hace años. Es emocionante seguir a un productor durante todo este tiempo y ver como llega a la cumbre de su creación en este 2016, que por supuesto está agotadísimo. Hay otros muchos en el Beaujolais, mucha leyenda, pero este año el vino está absolutamente supremo. Gamay fina, delicada, aérea, crujiente, mineral. Todavía tengo otra botella guardando, jijiji.
Joseph Swan Vineyards Zinfandel 2012
Sacado a ciegas en una de nuestras míticas noches en Asturianos, donde las verdinas y el morcillo circulan a altas horas de la madrugada. Nadie tenía ni idea de que narices era eso, pero lo que sí se sabía es que era un pepinarro de talla mundial. Zinfandel exquisita desde USA (claro) con una evolución maravillosa. Jugosa, divertida, fruta a cascoporro… todo con una delicadeza y elegancia digna de un cisne. ¿Quién decía que no se podían hacer grandes vinos con esta variedad? Fíchalo aquí.
Christian Tschida Felsen II 2017
Me encanta la syrah, pero cada vez me resulta más difícil encontrar una que me emocione. Ha tenido que ser Christian Tschida, desde Austria, el que me saque mi letargo. Viñedos preciosos al lado del lago Neusiedlersee y crianzas largas en bottis, junto a prácticas poco, o nada, intervencionistas quizás sean la clave. Sea como fuese el vino me voló la cabeza. Violetas, aceituna negra, fruta especiada, mineralidad. Un syrah de libro, y también uno de los mejores vinos del 2020. Fíchalo aquí.
Azos da Vila 2016
Casi, casi, el último gran vino del año. Y casi, casi, un unicornio en toda regla. Todo lo de Laura (Daterra Viticultores) se agota vertiginosamente, así que disfrutar de un 2016 no es moco de pavo. Mencía, Mouraton, Merenzao, Garnacha Tintorera, Gran Negro y otras procedentes de 3 parcelas en Manzaneda. Fresco, carnoso, violetas, un toque de sangre y un frescor balsámico maravilloso. Amo a Lauraaaaa.
Cuenta, cuenta… ¿cuáles han sido los mejores vinos del 2020 para ti?
Foto de portada: Elisha Terada en Unsplash.