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Mira que nos gustan los dim sums (y la cocina cantonesa en general), y mira que llevábamos tiempo sin catarlos. Ayer mismo tuvimos que poner remedio a este antojo reservando mesa con la app Maybein (AQUÍ te la puedes descargar). Además de permitirte poner alertas para que te avisen cuando se queden mesas libres en los restaurantes que quieras visitar, también puedes reservar mesas libres para el mismo día, del tirón. Eso fue lo que hicimos ayer por la mañana para comer en el restaurante Don Lay.

Llevábamos tiempo con ganas de visitar este restaurante cantonés que, bajo los mandos de Nieves Ye (nacida en Zhejiang), lleva años siendo un referente de la alta cocina cantonesa en Madrid. Después del cierre, hace 5 años, del mítico Don Lay (en el Paseo de Extremadura), en el verano del 2019 volvió a abrir sus puertas en otra ubicación, calle Castelló esquina María de Molina, en un espectacular espacio diseñado por estudio Cousi, de casi 400 metros cuadrados, con dos zonas principales y otros dos reservados, a tener en cuenta en los tiempos que corren.

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Por un lado está la Barra de Dim Sums, donde básicamente puedes ir a hincharte a comer estos deliciosos bocados, especialidad de la casa, y por otro su amplia y luminosa sala, donde además de dim sums, puedes pedir bastantes más elaboraciones, como woks, arroces, verduras o pasta, todos ellos platos tradicionales de Cantón, a un gran nivel, y que distan por completo de lo que en muchos restaurantes que se hacen llamar «chinos» ofrecen a sus clientes.

La carta del restaurante Don Lay es bastante extensa, y está dividida en 9 secciones. Entrantes, Dim Sums (15 variedades), Carnes al fuego del wok (cerdo agridulce, pollo de corral, lomo bajo de ternera), Pescados y mariscos, los Laqueados, Arroces, Verduras, Pasta fresca, y finalmente, los Postres. Nuestra recomendación es que te tires de cabeza a probar algunos de sus Dim Sums, y que no te vayas de allí sin haber catado alguna de sus piezas laqueadas, como las costillas, su famoso pato, o incluso el cochinillo (ojo, por encargo, con 48 hora de antelación).

Empezamos con un pequeño aperitivo, unas Obleas crujientes con cebollino, acompañada de tres salsas, Agridulce, vinagre chino, y picante (muy suave), acompañadas de un par de cócteles (especialidad en Don Lay), entre los que destacamos el Don Collins, haciendo un guiño al clásico Tom Collins, con Tanqueray, Licor de yuzu, Sirope de albahaca y mandarina, Limón y Soda.

Y directamente entramos con la sección de dim sums, con el Xiao Long Bao Shangai, relleno de caldo de gallina, lomo de cerdo y txangurro. Lo colocas sobre una cucharita que te proporcionan ellos, le pones unas gotas de vinagre chino, y directamente a la boca (que al llevar caldo si no te puedes poner perdido).

Después, un Hakao de Bogavante azul, que nos recomendaron acompañar con un toque de la salsa picante. ¿Sabías que en China los comen desde el desayuno hasta la cena? No tendríamos problemas en sumarnos a esa tradición.

El último plato de la sección Dim Sums, el Canelón relleno de langostino crujiente. La masa es una auténtica locura (tiene ese color por el tipo de arroz salvaje con el que la elaboran), le ponen la salsa de soja en el mismo plato. Hubiéramos pedido más, pero el siguiente plato era impepinable, y queríamos llegar al 100% a por él.

Así es, fue entonces cuando llegó su mítico Pato Laqueado (medio), servido en dos servicios. Lo primero que hace el chef es trinchar el pato y deshuesarlo, y dejarlo listo en un plato. Se lleva lo sobrante y preparan un caldo que te sirven una vez acabada la primera parte. Este Pato laqueado va acompañado con verduras, obleas y diferentes salsas, y la gracia es que una vez laminado, te pongas la salsa en la base de la oblea, encima las verduras, y arriba del todo, la carne y la piel crujiente. Como si fuera una especie de taco mexicano «chinese style». Espectacular.

Finalmente acabamos con un pescado, su Lubina al vapor con verduras y salsa de soja. Tremendo, lo dejamos en espina pura.

De postre, dos Mochis, uno relleno de helado de pera, y fruta de la pasión. Estaban correctos, pero fue lo menos reseñable de la comida, sin duda.

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En resumen, si te gusta la cocina tradicional cantonesa, pero quieres disfrutarla en un formato gastronómico, y además en un espacio donde decoración, cócteles, vinos y servicio estén a la altura, tienes que visitar el restaurante Don Lay. Los Dim Sums (que en chino significa «que toca el corazón») nos han dejado noqueados, tanto que pronto volveremos a reservar mesa con Maybein para probarlos todos (los 15, sí). Además, el Pato laqueado merece un monumento, al igual que el único pescado que probamos, la lubina, que también estaba de 10. En cuanto al ticket medio por persona, estamos hablando de unos 50 euros aproximadamente, lógicamente más elevado que el de otros muchos pseudo-chinos, pero claro, va en consonancia con la calidad de cada elaboración.

Si quieres seguir a Maybein en Instagram, y enterarte de todos los nuevos restaurantes que van incluyendo casa semana, aquí puedes hacerlo. Y si quieres seguir la pista a Don Lay, en este enlace te dejamos su perfil.

C/ Castelló, 117.

David

Buena dentadura, estómago de hierro, casi dos metros y un metabolismo maravilloso... una máquina de comer. Alguien tiene que hacerlo, así que como y bebo como loco para después contártelo y que vayas a tiro hecho.

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