Nuestra historia con el restaurante que te recomendamos esta semana se remonta a hace dos años, cuando conocimos la cocina de Sergio Mange en un pequeño puesto en el Mercado gastronómico de Chamberí, La Chispería. Entonces ya se lo dijimos… «Tío, a ti esto se te va a quedar pequeño en nada…». Dicho y hecho, dos años después acaba de abrir la Taberna del Loco Antonelli, el paso lógico cuando eres trabajador y tienes talento.
Por ponerte un poco en antecedentes, el nombre de esta taberna es un homenaje a Juan Bautista Antonelli, también conocido como «El Loco Antonelli», un ingeniero italiano que en el año 1580 diseño un proyecto para conectar el río Manzanares con el Océano Atlántico. Claro, nunca llegó a realizarse y de ahí lo de llamarle loco… pero fíjate, este personaje es quien da nombre hoy en día a un nuevo restaurante, donde este chef mexicano, y el jefe de sala Rubén Lorenzo (ex Soy Kitchen, entre otros), hacen de las suyas para darnos de comer, y beber, de maravilla.
En cuanto al local, se encuentra a pocos metros de la Plaza Olavide, y a escasos metros de nuestra taquería favorita, Mawey. Es un luminoso espacio, decorado por Flavia Castaño, dividido en dos zonas: barra y sala, con apenas unas 10-12 mesas, y con el blanco y el azul como colores predominantes. Y el punto de partida gastronómico, podría decirse que es juntar lo «castizo» con «lo del puerto», pero en el caso de la Taberna del Loco Antonelli, es casi mejor no encasillarla, sino dejarles que te sorprendan con sus propuestas y sus fueras de carta. Sin más, ahí vamos con lo que pedimos.
Para ir abriendo boca, una buena Gilda, marca de la casa. De estas ya tenía Sergio en La Chispería, y hace bien en llevárselas a su nuevo local. Tienes que empezar por aquí.
Justo después, unos Dumplings de Rabo de Toro, con base de curry rojo de cangrejo de mar. Mar y tierra, con el rollo asiático (del formato dumpling) en este caso. El curry está presente pero en su justa medida, bastante sutil, para no tapar el sabor del guiso de rabo.
Seguimos con unas Chirlas con curry de ají amarillo aderezado con fino. En este caso el puerto se une a un fondo asiático, pero también con toque latino… así es, de eso va la Taberna del Loco Antonelli, free style.
Nos fuimos a por una cuchara, que resultó espectacular. Merluza con pochas navarras. Aquí se juntan una salsa americana picante, un guiso de morro y pata, y las pochas con caldo de pescado. Un taco de merluza y unas papas. Posiblemente este es el plato que más nos gustó.
Y de nuevo seguimos con el mar, esta vez con un Pulpo a la Guanche, con un mojo rojo hecho con base de tomates confitados (no tiene mucho que ver con el canario) y papas a la sal. Este fue uno de los platos que nos engancharon a la cocina de Sergio, lo tienes que pedir en la nueva Taberna del Loco Antonelli.
Y para acabar, y demostrando que aquí tocan muchos palos, y todos bien tocados, un fuera de carta (ojito, pídeles algo), un Adobo de ternera, un estofado con carrillera, morro y pata, prensado, planchado y después se baña con una reducción del jugo de su cocción. Acompañado de cebolleta china y patatas tostadas, que le daban cierto sabor a castaña.
De postres, un especial para los amantes de los donuts. Un Donut pasado por plancha, con crema inglesa de vainilla en la base, chips de cacao, y una bola de helado de vainilla.
Y uno fuera de carta, unas Fresas glaseadas con vermut, con espuma de chocolate blanco y yogurt, con tierra de cereales. Lo tiene todo, es dulce, ácido, crujiente… nos gustó pero mucho.
En cuanto a los vinos (y también la coctelería), ojito porque Rubén Lorenzo sabe, y tiene buena mano. Déjate asesorar por él y pídele que te saque cositas, que en la carta de vinos por copa tiene maravillas. A nosotros nos maridó prácticamente la comida con una buena batería de vinos que distaron mucho de las cansinas «tres R´s: Rioja, Ribera y Rueda». Aquí van tres ejemplos: Le Rocher Des Violettes (Loira), Abadía de Gomariz (Orense), Las Señoras (Delgado Zuleta, Jerez).
El chef Sergio Mange es un currante de los buenos, y tiene talento. Esto ha hecho que tras dos años ganándose a los clientes en su puesto de La Chispería, aquel espacio se le haya quedado corto, y haya tenido que dar el paso (hace apenas unas semanas) abriendo el restaurante Taberna del Loco Antonelli en la calle Olid. Un traslado que le permite seguir en la línea de juntar el mar con producto castizo (y no tan castizo), pero luciéndose aun más. Con el apoyo de Rubén Lorenzo en la sala, y con un ticket que rondará los 35-4o euros, estamos ante una visita más que obligada para esos #conelmorrofino. ¡Que aproveche!
Aquí te dejamos su Facebook y su Instagram (de momento no tienen web):
C/ Olid, 15.
Fotos: Gregorio González.
La taberna del loco Antonelli
Sin manteles, con una carta que confunde lo que pone con lo que dan (ejemplo: Tacos de bienmesabe, no son gaditanos, sino mejicanos), que es poco y normalmente picante. Mucha explicación verbal de platos escasos y desconcertantes (bravas Antonelli). Sales ligerísimo de estomago y bolsillo