Dicen que el ritual de la tapa se originó en las tabernas decimonónicas, en concreto en el Ventorrillo del Chato en Cádiz, donde “tapaban” el vaso de vino al rey Fernando VII con una rodaja de chorizo, de lomo o de queso, y un trozo de pan, para evitar que en el plato se deslizara algún insecto o polvo. Nadie se pudo haber imaginado en aquel entonces que la tapa se llegaría a convertir en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y también en nuestro icono gastronómico por excelencia. Hoy estamos en el Día Mundial de la Tapa, y lo celebramos con una ruta de tapas en Malasaña, uno de nuestros barrios fetiche en Madrid Central, al que, ya sabes, siempre accedemos en ZITY para no invertir dinero en multas, pero sí en tapas. Cinco salados y un dulce, todos ellos adictivos… ¡vamos allá!.
Empezamos nuestro recorrido en la calle Espíritu Santo, en el que es uno de los mejores sitios de Madrid para comer cecina, y mira que la hemos pedido. Se llama Casa28, y su Cecina de Buey Premium de El Capricho (considerado por muchos como la mejor carne del mundo), es puro espectáculo. Un manjar en finas lonchas, llenas de sabor gracias a su elevado nivel de infiltración de grasa intramuscular, posiblemente la mejor de Madrid. Ojo también con su Steak Tartar, imprescindible.
C/ Espíritu Santo, 28.
Después, pasamos por la calle Madera y nos vamos a un clásico malasañero recientemente renovado, el Palentino, a por una de las tapas más clásicas que se pueden pedir, unas Bravas. Una de las barras más míticas de Madrid, actualizada tanto en su carta líquida (con sus destilados artesanales con el sello de Narciso Bermejo), como en sus raciones. Estas bravas las sirven con enormes patatas gajo, con ambas salsas, alioli y brava. Es una ración muy generosa, así que ya sabes, toca compartir, pero si te vas de tapas en Malasaña, es lo que toca. Si te atreves con más, además de las bravas, anímate con su mítico Pepito de Ternera.
C/ Pez, 8.
Subimos unos metros más por la calle Pez, y cambiamos de tercio en Corredera Baja de San Pablo. Llegamos a Aió, un pequeño restaurante con sabor a Cerdeña, en el corazón de Malasaña. Siempre que andamos por la zona, este italiano y sus famosas pizzetas son parada obligatoria. Hay poca gente que no las conozca, pero por si acaso, te cuento. Se trata de pequeñas pizzas artesanales dobladas por la mitad, rellenas de tomate natural y mozzarella, jamón cocido y champiñones, y varias combinaciones más. Te las puedes comer allí mismo, o te las puedes llevar para comerlas mientras te paseas por el barrio. También merecen una probada sus Polpette Di Melanzane (croquetas italianas de berenjena con salsa de tomate).
Corredera Baja de San Pablo, 25.
Y si hablamos de irse de Tapas en Malasaña, no podemos pasar por alto las croquetas de La Gastro de Chema. A escasos metros, subiendo por la Calle de la Puebla, tenemos uno de los templos croqueteros más conocidos de Madrid. El nivel que ha alcanzado el chef valenciano Chema Soler con esta elaboración, en la que lleva trabajando más de 6 años, es por todos conocido. Su formato de alta gastronomía en formato tapa, y croquetas como estas de Curry verde con espuma de salmón ahumado, bien merecen varias visitas. Si te gustan las tartas de queso, ojito con la suya, solo te digo que es sorprendente, y está buenísima.
C/ Barco, 7.
Todavía nos queda carrete. Ahora seguimos subiendo por la calle Barco, hasta llegar a calle Colón, donde siempre está esperándonos una de las mejores tortillas de Madrid. Si aún no la has probado, qué te voy a decir, es un delito. El pincho de tortilla de Bodega La Ardosa (flipa con web) debería tener un monumento bien grande en la Plaza de San Ildefonso. Poco cuajada, y desde 1892, año en el que abrió sus puertas, muy premiada. ¿Otros tips en La Ardosa?, su Vermú, y su Salmorejo, de 10.
C/ Colón, 13.
Salimos ya bastante tocados de La Ardosa, y tras cruzar la Plaza de San Ildefonso, nos metemos unos pocos metros en Corredera Alta de San Pablo, para acabar nuestra ruta de tapas en Malasaña, como no podía ser de otra manera, con el postre. Para el dulce, elegimos la que para nosotros es una de las mejores heladerías de Madrid, TÖTO Ice Cream. Allí, el argentino Hernán Rodriguez, quien se crió viendo a su padre hacer helados, sigue sus pasos con esta heladería, que desde que abrió sus puertas, lo está petando en Madrid. Helados artesanos, de enorme calidad, y ojo, con barquillo también artesano (esto no es muy fácil de encontrar). Nuestra recomendación, la combinación de Sorbete de Frambuesa y de Chocolate blanco con Lima, te mueres. Si te gusta el pistacho, prueba el que elabora Hernán, le querrás eternamente.
C/ Corredera Alta de San Pablo, 12.
Acabamos nuestra ruta de tapas por Malasaña tan llenos que la mejor opción es pillar un ZITY en la calle Barco (al ladito). Pega el sol, pero tiramos bien de aire acondicionado y bajamos por Gran Vía con el bluetooth sincronizado, escuchando una de mis canciones favoritas cuando lo que quiero es máximo buen rollo, The Ghetto de Donny Hathaway. Pégale un scroll más y debajo de esta foto te dejamos el mapa de la ruta. Como decía Clooney, ¿what else?
Estupendo, es la leche 🙂
Blog genial, buenas fotos y mejor redacción. Entretenidos de pasar por aquí
Genial, muchas gracias por el comentario!
Un abrazo.