Hay lugares que son mágicos, únicos, exóticos que son el sueño de cualquier viajero. Hemos escogido 7 restaurantes únicos que aprovechan la belleza de la naturaleza para disfrutar no solo del paisaje sino de una buen plato. Nos vamos al fin del mundo, con el morro fino…
1. EN LA CUEVA DE LOS VERSOS
Suspendido en el aire, apoyado en el acantilado de la cueva de Sanyou, se encuetra el restaurante FangWeng. Esta cueva, conocida también con el nombre de La cueva de los 3 viajeros, es no sólo un lugar curioso y llamativo, sino que es un referente para la literatura clásica china ya que muchos poetas, entre ellos Lu You, pseudónimo de FangWeng, se refugiaban en su interior y escribieron versos tallados en la roca. Para llegar hay que recorrer un puente de 30 metros y en su interior, la decoración incluye farolillos típicos chinos, y su especialidad son los pescados.
2. BAJO EL AGUA DE MALDIVAS
Tan sólo 14 comensales pueden disfrutar del Ithaa (@ConradMaldives) un restaurante submarino en Maldivas. El encanto de este curioso local es la vista submarina del océano de 280 grados. Su creación empezó en 2004, costó 5 millones de dólares y la infraestructura se transportó desde Singapur, viaje que duró 16 días. La cocina se basa en los productos y platos típicos de Maldivas y el precio por una cena para dos, ronda los 200 euros.
3. LA ROCA
No se trata de un restaurante de lujo, ni tampoco tiene estrellas Michelin, pero The Rock está situado en una roca en medio del Océano Índico en una isla de Zanzíbar. Aunque orientado a los turistas con platos internacionales, las vistas, frente a la playa de Michanwi Pingwe, son tan espectaculares que tienen lista de espera.
4. EL MISTERIO DE JAÉN
En 1980 se descubrió esta cueva bautizada como Cueva de los Majuelos habitada hasta el s.III a.C. Desde su descubrimiento, la familia Ruiz Almagro fundó un restaurante en el interior la montaña con más de 700 metros cuadrados de espacio y 25 metros de altura. Situado en Jaén, es un lugar ideal para grandes celebraciones familiares, con una carta asequible y con productos de la región.
5. EL ÁRBOL DE MADERA
Situado a una hora de Auckland en Nueva Zelanda, cuelga (literalmente) en la copa de un árbol a 40 metros del suelo el Redwoods Treehouse. En sólo 66 días, sus dueños consiguieron dar forma a este proyecto -al que algunos comparan con un bonita cebolla- que en un principio sería efímero pero fue tal el éxito que continua abierto. ¿El inconveniente? Sólo está disponible para eventos privados y con un presupuesto mínimo de 3000 dólares.
6. FRENTE AL FRÍO DEL POLO
En 2009, Antony Dubber necesitaba cambiar de vida. Dejó su trabajo en Londres y aceptó la oferta de trabajo en la Antártida. El puesto vacante: cocinero. El lugar: la estación Halley en el Polo Sur. Un centro científico (@BAS_News) con espacio máximo para 90 personas en verano. El resto del año, Dubber tiene que soportar temperaturas de -50ºC. En la despensa Antony guarda comida para meses ya que el supermercado más cercano está en Chile, a 7000 kilómetros de distancia.
7. AL CALOR DEL VOLCÁN
No hace falta cruzar el mundo para descubrir lugares llenos de encanto. En Lanzarote está el restaurante El Diablo con una parrilla que aprovecha el calor que desprende el interior de la tierra. Fue creado por el arquitecto César Manrique en el Parque Nacional de Timanfaya. Los que han pasado por sus mesas recuerdan el calor y sobre todo, las espectaculares vistas.
Estamos deseando descubrir más restaurantes únicos como estos y a ser posible, hacer la maleta y vivirlos in situ, ¿nos acompañas?.
LA ROCA is the restaurant i would recommend, the seafood is very nice.
can’t wait to go back this summer