Hoy os proponemos una visita al Barrio de Chamartín.
Vamos a la caza de Teckel un nuevo restaurante que acaba de abrir sus puertas en la Calle Concha Espina 55, cerquita del Bernabeu.
El nombre de este local hace referencia a uno de los perros de moda y que se suelen ver mucho por el barrio, el teckel (una de las razas preferidas por las antiguas monarquías europeas) y es que les viene como anillo al dedo porque puede llegar a ser un hit en un barrio como este: comida refinada para bolsillos con clase.
Y digo con clase porque no han escatimado en buenos detalles que van desde la decoración (que corre de manos de Cousi Interiorismo) hasta la cocina (la carta está asesorada por el Chef César Galán conocido por su colaboración con Saporem o el Grupo Escondite).
Llegamos y me invade la nostalgia y es que se puede respirar cierto aire londinense viendo su fachada a rayas blancas y azul añil y su puertecita en un lateral dando paso al recibidor adoquinado.
Entramos y después de curiosear un poco por el local, admirando mil detalles de catálogo, tomamos asiento y nos disponemos a ser sorprendidos.
Marcan su primer tanto, nos ponen una tapita con las bebidas (lo siento, pero soy de esas personas que fruncen el ceño si no me ponen aunque sea unas patatitas) y encima era ensaladilla de marisco casera, ¡ñam!
Llega nuestro primer plato, todo un clásico pero evolucionado: croquetas de sobrasada y piña, ¿suena raro? qué va, piensa en lo bien que se lleva la sobrasada y la miel. Veredicto: súper cremosas y muy ricas.
Enseguida llega el siguiente plato, fondue de queso, patatas, setas, cebolla crujiente y puntilla de huevo. Puedo denominarlo como un “exquisito bocado otoñal”, con un toque de aceite de trufa, es un plato que hace que disfrutes y mucho.
Seguimos el desfile de platos y continuamos con cuarto y mitad de lomo de atún marinado, guacamole y chile habanero. Taquitos de atún marinados en salsa de soja con una base de guacamole 100% casero y una mayonesa de chile habanero (tranquilos, no era muy picante en contraste con los demás sabores).
Muy sabroso, qué os voy a decir de un buen atún y macerado bien, a quiénes os gusta el pescado así os puedo decir que estaba fetén. ¡Otro punto más!
Pero vamos llegando al final y nos esperaba la joya de la corona, la hamburguesa El Capricho (el Restaurante el Capricho, León, les provee la mejor carne que se puede probar en el mundo y, no lo digo yo, lo dicen las revistas TIME y The Guardian).
En este caso, por la calidad de la carne, es de agradecer que la hamburguesa sea solo la carne en si, sin pan, ni el clásico tomate y lechuga (que me encanta pero cuando la carne es buena, creedme, es suficiente).
100% carne de El Capricho y sal Maldon con una cama de puré de patata trufado, aún me chupo los dedos.
Después de una buena comida, un buen postre, ¿verdad?, nos recomiendan el Tiramisú de la Nonna Nella (que traen del Restaurante italiano La Nonna en la Calle Profesor Waksman, 8), aunque no fue de lo que más nos gustó de la comida.
Cafés, chupito de Ron Añejo Matusalén, y es que un sitio así invita a no escatimar.
En definitiva, uno de los mejores restaurantes nuevos en Madrid. Cocina de mercado para unas recetas y sabores de antes pero actualizadas y con el buen producto y el buen hacer como seña. Todo ello acompañado de un ambiente agradable y cálido, buena atención y buena música.
El ticket medio rondará entre los 30 y los 40 euros, depende también de los que pidáis, (los entrantes no pasan los 10€ y los principales rondan los 15€) pero es ideal para una comida/cena especial o para darse un pequeño capricho.
Aquí te dejamos sus datos, web y Facebook:
Av. de Concha Espina, 55, 28016 Madrid
915 996 400
(Abierto todos los días de 13:00 a 00:00h).
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Fotos: Gregorio González.
Aviso a los lectores del blog que este restaurante ha debido de cambiar mucho desde su apertura. El servicio inaceptable, tardamos 1hora y media de reloj en que nos trajesen los platos principales. Lo peor es que cuando reclamábamos los platos no se ponían ni colorados, por lo que deduzco que es una práctica habitual que tarden tanto. Los aperitivos los trajeron antes del vino (que tardaron en traernos la botella media hora).Muy mal organizados y poco profesionales. La comida no compensó la espera, raciones realmente escasas, con poca elaboración. Yo pedí picanha y ni llevaba salsa, si guarnición excepto una micropatata cocida y ya lo que remataba es que estaba frio. Para ser justa tengo que decir que la materia prima, esas cinco mini rodajas, eran buenas. El pad thai desconcertante, venia con arroz duro en vez de con fideos de arroz (y en la carta no avisaba que era con arroz en vez de con fideos). Los raviolis tampoco triunfaron y el steak tartar nos lo dieron a probar antes de servirlo para ver si estaba al punto de picante pero debe ser un protocolo para disimular porque nos lo trajeron exactamente igual aunque lo habíamos pedido más picante. Como éramos un grupo grande probamos casi todos los platos y decepcionantes todos.Los postres sí que estaban buenos.
En definitiva, nos arruinó la cena estar pendientes en vez de nuestra conversación de reclamar nuestra comida que cuando llegó no compensó y además nos quedamos con el mismo hambre.
Vaya… pues tendremos que volver a ver qué pasa… pero me dejas helado.
Gracias por el comentario, y si fuiste a Teckel tras haber leído este post y si te sirve de algo, ¡lo siento!.
Un abrazo.
Buenas tardes Miriam, sentimos que la visita a nuestro restaurante no haya sido de tu agrado, valoramos tu opinión constructivamente para mejorar y esperamos que si vuelves tengas otra perspectiva tanto del servicio como de la comida. Recibe un cordial saludo.