La visita de la semana pasada al restaurante que te recomiendo hoy, me dio mucho gusto, por dos motivos. Primero, porque siempre alegra el hecho de que dos buenos cocineros como son Carlos Griffo (Casa Marcial, StreetXO, Bibo Madrid) y Miguel García (Casa Marcial, La Bien Aparecida, Bibo Madrid) se junten para abrir una pequeña casa de comidas en la que den de comer rico, y a buen precio. Segundo, y para mí no menos importante, porque este restaurante me pilla bastante cerca de casa, y estando tan escasos de buenos fichajes por mi zona, esto siempre es buena noticia. Hoy te hablamos del restaurante Quinqué.
Este proyecto, que nació a comienzos de este año, está ubicado en la zona de Chamartín, y se presenta en un local divido en tres zonas. La primera: con algunas pocas mesas y una pequeña barra, la segunda: una sala principal (la de la foto) con mucha luz natural, y por último y ahora muy importante, la terraza. En cuanto a su carta, tienes una buena lista de entrantes (prácticamente todos se pueden pedir en media ración, cosa que se agradece), y después carnes, pescados, y por último, postres. En principio, verás cómo la propuesta gastronómica del restaurante Quinqué está tintada por la tradición, aunque ambos chefs imprimen interesantes guiños, y por la temporada. De hecho, la carta la van cambiando prácticamente cada mes, a excepción de varios platos que son inamovibles.
Ya sabes que el discurso producto/temporada/mercado es ahora el claim de muchos, pero aquí sí que se rigen por estos parámetros, y cocinan con cariño, y eso se nota, vaya si se nota. Sin más, pasamos a contarte lo que pedimos.
Primero, elegimos pan (de John Torres), y lo combinamos con dos mantequillas, de vaca y de cabra.
Después, un fuera de carta, la Sobrasada de vaca rubia gallega. Solamente recuerdo una parecida, la que comimos en el desaparecido Efímero.
Luego, su Ensalada de tomates de temporada y bacalao. Empezando recién la temporada, no estaba nada mal el sabor de este tomate, ni tampoco su aliño.
Unas Anchoas de Santoña (reserva), con un año de salazón. Te puedes imaginar su intensidad. Vienen acompañadas con pan cristal y tomate, para que te montes tú la tapa.
Otro fuera de carta, unas Zamburiñas, que además de muy buen tamaño y mucha carne, estaban bañadas por un espectacular caldito.
Luego, unas Gambas cristal. Extra crujientes, muy delicadas. Las encontramos un punto pasadas de sal, pero aun así entraron como pipas. Sí, se comen enteras, cabeza y cáscara incluidas.
Y entonces, nos noquearon con una de las especialidades en el restaurante Quinqué. Sus famosas (a pesar de no llevar tanto recorrido), Croquetas de jamón. Buenos trozos de jamón, bechamel muy cremosa y láctica, fritura perfecta. Para mi, de 10. En este bocado se nota el paso de ambos chefs por Casa Marcial. Tenían que pasar, sí o sí, a nuestra lista con las mejores croquetas de Madrid.
Llegó el Pescado fresco del día, y tenían Virrey. Un pescado que no suele encontrarse con facilidad, pero cuya carne, muy fina, me gusta especialmente. El punto del pescado, muy bien logrado. Acompañado de unas panaderas.
Y por último, otro hit. El Coquelet guisado, con patatas y cebolla francesa. Tanto la sabrosísima carne de este picantón, como el jugo sobre el que reposaba, fueron el cierre perfecto de la parte salada en el restaurante Quinqué.
Estuvimos dudando entre dos postres, el Arroz con leche (que según dicen es escandaloso), o la Tarta de Queso, pero es que siempre que hay tarta de queso nos tiramos de cabeza, y no pudo ser de otra forma. No es precisamente original esta receta, pero la verdad es que siempre nos triunfa esta versión semi líquida.
Voy a empezar el resumen final que siempre hago, comentando que a los dos días tuve que volver a por más croquetas, y ya de paso a por más medias raciones, y más postres. Y es que Quinqué es de esos sitios de los que sales feliz, porque has comido rico (fundamental prestar atención a los fueras de carta), porque te han tratado muy bien en sala, y porque su relación calidad-precio es muy buena. El ticket de lo que comimos fue de 50 euros por persona, pero días después pidiendo entre varios para compartir, fue de 30 euros, por lo que entiendo que el ticket medio está entre los 35-40 euros. Volveremos para probar más cositas cuando apriete el calor, y más guisos y cucharas cuando vuelva el frío. El caso es que una vez que conoces esta casa de comidas, quieres volver. ¡Ya me contarás si a ti también te pasa!
Por si quieres seguirles la pista en Instagram, aquí te dejo el link al perfil del restaurante Quinqué.
C/ Apolonio Morales, 3.
Fotos: Gregorio González.