Llevábamos tiempo con el ojo puesto en el Restaurante Lua, un proyecto con 10 años de recorrido y más que asentado en Madrid, y por fin encontramos el momento para ir a probar la carta del Chef Manuel Dominguez.
Una propuesta está basada en cocina de mercado, pero con un toque de vanguardia. Cocina con origen gallego, pero revisada elegantemente por Manuel Dominguez, a priori, la premisa suena bien, ¿verdad?.
Además de poder disfrutarla en forma de menú degustación de 55 euros (78 con maridaje), ahora también podemos conocer en formato «barra» con una nueva carta muy interesante.
Y esta propuesta fue precisamente la que nos acercamos a conocer la semana pasada. Os contamos en qué consiste y qué es lo que pedimos.
Comenzamos la comida con una Ensalada de marisco, con un equilibrio de sabores perfecto, muy sutil y nada pesada. Un plato perfecto para ir abriendo boca, nos deja intuir el nivel de cocina que vamos a ir descubriendo en cada uno de los platos que siguen.
Y para regarla, un vino que no te encontrarás en ningún otro restaurante, ya que solamente lo embotellan para ellos. Su nombre es A Tiro fijo, y tienen versión en blanco (Albariño, Godello, Treixadura) y en tinto. Probamos ambos durante la comida, elegantes, sutiles pero con el carácter propio de la tierra gallega, nos gustaron mucho.
La sorpresa vino con el siguiente plato, un Ceviche de pulpo, leche de coco y polvo de nachos e hilos de chile que estaba literalmente espectacular, visualmente me encanto el contraste de color, redondo ya con el crujiente de tinta de calamar.
El Pulpito pequeño a la brasa con parmetier y aceite de pimentón picante fue realmente un plato de 10, el pulpito de unos 300 gramos aproximadamente, cocinado en su punto justo lo hacían en boca meloso con un aroma increíble, ligeros toques crujientes-tostados a su paso por las brasas que le dan cierto sabor ahumado.
Luego vinieron los Nugets de mollejas de cordero, el crujiente del rebozado, con polvo de ajo incorporado, le daba un toque extra al crujiente, nada pesados y fritos de una forma maestra, sin sensación de comerse algo frito.
Le siguieron los Langostinos en tempura, con salsa brava, una mayonesa de chili-garlic realmente rica y cama de rúcula.
El taco de rabo de toro, con puré de alubias y cebolla roja encurtida con hojas de cilantro, nos pareció riquísimo, la tortita crujiente de maíz y la carne de rabo de toro perfectamente cocinada, melosa, lo convertían en un taco más que correcto.
Las Verdinas con carabinero, resultaron ser una delicia, plato apetecible en esta epoca del año, con un sabor intenso a carabinero, el gusto de los platos de cuchara bien elaborados.
El broche de oro lo marco el postre, resulto ser un plato dulce literalmente redondo, un Brownie de chocolate esponjoso, nada reseco ni empalagoso, con helado de turrón suave (y con su justo punto de dulzor con ralladura de lima que le daba un contraste de citrico perfecto), y crema de vainilla con trufa negra laminada y galleta de violeta, nos dejo fascinados. Sin duda uno de los postres mas exquisitos que hemos probado hasta ahora. La trufa que no nos la esperabamos hizo el resto.
Gran experiencia, redonda en todos los sentidos. El ticket medio para comer en barra ronda los 35-40 euros, y si te tiras a por el menú degustación con maridaje, 78 euros… desde luego tendremos que probarlo, porque esta experiencia ha sido más que positiva.
Aquí tienes su web, Twitter y Facebook.
http://www.restaurantelua.com/
C/ Eduardo Dato, 5
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Fotos: Gregorio González.
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