Si hay otro país, además del nuestro, donde irse de tapas tiene todo el rollazo del mundo, es Italia. En concreto, en Venecia, ir de bacaro en bacaro, tomando sus vinos y tapas típicas, es uno de los planes imprescindibles en la maravillosa ciudad del norte de Italia. Esta premisa ha sido la inspiración del chef Fabio Gasparini al crear su nuevo proyecto (ya lleva cocinando 12 años en España), El Bacaro, recreando así una auténtica taberna veneciana. Un pequeño rincón donde la semana pasada probamos no solo originales platos venecianos, sino también algunos de los mejores platos de pasta que recordamos en Madrid.
Este chef, de origen veneciano, lleva apenas un mes y medio de recorrido en su restaurante, pero tiene las ideas muy claras. Un local, más bien austero (pero qué más da cuando se come bien), es el escenario donde nos ofrece una carta corta, donde destacan las tapas típicamente venecianas, como sus tablas de embutidos, o sus Sardinas en «Saor», 6 tipos de pinsas romanas, y claro está, el grueso de la propuesta de el restaurante El Bacaro, la pasta. Sin mas, paso a contarte nuestra experiencia.
Empezamos con un plato veneciano, unas Sardinas en «Saor» (sabor en italiano). Hechas en escabeche de cebolla y pasas. Muy suave el escabeche, casi dulce de hecho.
Después, un Tartare de vaca con crema de burrata y salsa de trufa. Elaborado con solomillo de Discarlux, la carne solo lleva alcaparra y tomate seco. Acompañado de un gran Pane Carasau (de Cerdeña). Es un tartar muy diferente, pero también muy acertado.
Le siguió un Vitello Tonnato (típico de la región de Piamonte), de infarto. Sobre una base de salsa (atún, huevo duro, anchoa, alcaparra y caldo de verdura), el redondo de ternera, en su punto de cocción. De 10.
Luego, continuamos con una Pinsa romana, con anchoas, alcaparras y aceitunas. La masa es realmente sorprendente (y diferente a una pizza), está elaborada con harina de trigo, arroz y soja, lleva una hidratación del 80%, y es fermentada durante 72 horas en nevera. No dejes de pedir una pinsa cuando vayas a El Bacaro.
Siguiente plato, Paccheri al ragú. Pasta al dente (como debe ser), con solomillo picado a mano, guisado con vino tinto y especias.
Y el último plato de pasta, su Carbonara originales, con guanciale, pecorino y yema de huevo. Elaborada con una pasta fresca llamada Pici (típica de la Toscana) que no lleva huevo. Ya lo tenía claro con el plato anterior, pero con esta ya me convencí del todo, El Bacaro tenía que estar entre las mejores pastas de Madrid.
De postres, nos tiramos a degüellos a por los dos más clásicos en cualquier italiano. El Tiramisú, servido en copa de café, lleva una crema de mascarpone que está tremenda. Se nota que está hecha con cariño.
Y por último, la Panna Cotta con miel de trufa, acompañada de cantucci. Esa textura y su bamboleo era para haberlos filmado a cámara lenta. Es una de las mejores Panna Cottas que he probado, con el permiso de la de Manzoni. Tienes que ir a El Bacaro para comprobarlo.
Para volver, y volver. Mira que nos pegamos un buen homenaje, pero incluso así salimos por la puerta con ganas de probar más cosas, y creo que no hay mejor síntoma para convertir a El Bacaro en nuestro restaurante recomendado de esta semana. Aquí vas a encontrar tradición, autenticidad (no te pierdas su banda sonora), originalidad, y mucha experiencia en los fogones. Todo esto junto a una curiosa selección de vinos italianos, y como te comentaba al comienzo, la posibilidad de probar auténticas tapas venecianas. Mención especial para su pinsa romana, y para los dos platos de pasta que probamos. La carbonara es un escándalo. Con un ticket medio que rondará los 30 euros (con menú del día a 12 euros), es un sitazo. con muy buena relación calidad-precio. para los buenos amantes de la cocina italiana de calidad.
Por si quieres seguir la pista del restaurante El Bacaro, aquí os dejo su perfil de Instagram.
C/ Hartzenbusch, 9.
914 454 668
