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Desde que pisamos por primera vez la casa de Carlos Griffo, Quinqué, muchas han sido las visitas a este restaurante. Primero, porque nos pilla cerca, y segundo, porque sin duda es uno de los restaurantes con mejor calidad precio de Madrid. Ahora, que el chef acaba de comenzar un segundo proyecto, queríamos ir lo antes posible, y eso hicimos ayer visitando el restaurante Calisto.

Se trata de un restaurante (en la calle Eduardo Dato) donde han cuidado cada detalle. La decoración es más bien tirando a clásica, a la vez que cálida y acogedora (el detalle de los quinqués en las mesas nos gustó mucho), la banda sonora igualmente acompaña a la perfección, en sala están más que atentos, y ya sabes, a los mandos de la cocina está Carlos (ex Casa Marcial, StreetXO, La Bien Aparecida). Todo suma para que la experiencia sea, desde ya y a pesar de su corto rodaje, más que positiva.

Así como en Quinqué, en Calisto también se inspira del recetario tradicional, pero en este caso con especial hincapié en la cocina asturiana, así como los «mar y montaña» o «mar y tierra» (marca personal del chef), los platos de cuchara, y también varias sugerencias semanales siempre guiadas por el mercado y la temporada.

En su carta, bastante más extensa que su predecesor, puedes encontrar Entrantes como su Ensaladilla de carabinero, la Stracciatella ahumada, o unas brutales Croquetas de cecina; Legumbres como los Judiones con rabito de cerdo, o Garbanzos a la riojana; Pescados y Carnes, como su Bacalao con tomate, el Lenguado a la mantequilla negra, Coquelet de Las Landas, Solomillo Wellington, o su Jarreta de cordero; y Postres, como la Tabla de quesos, la Torrija o algunas buenas tartas.

Como puedes leer, una selección de platos, y algunos fueras de carta, entre los que te será muy complicado elegir. Pero para esto ya estamos nosotros, te contamos cuáles fueron nuestras elecciones en esta primera visita a Calisto.

Empezamos con una Ostra Nathalie et Sebastien, y con la Coca de escalivada (al josper) y matrimonio (ojo con la anchoa reserva, curada durante 2 años).

Después, la Stracciatella ahumada (de Puglia), con pesto de rúcula, granada, y cherrys confitados y pasificados al horno, con un jugo de naranja. Al lado, un pan de maíz y pasas brutal. Solo por este plato ya merece acercarse a Calisto, pero seguimos que hay mucho más.

Ensaladilla de carabinero, con jamón ibérico y huevo con puntilla. La patata está más grande de lo que nos suele gustar, pero lo que es el sabor, un 10.

Le siguieron dos musts, que no puedes dejar de probar. Las Croquetas de cecina, super lácticas (con leche de oveja) y con mucho sabor a cecina, y los Torreznos Cochifritos. Incontestables ambos, de hecho, las croquetas desde ya entran en nuestro ranking con las mejores de Madrid.

Luego con otro hit más, donde Carlos deja patente lo bien que se le da mezclar productos de la tierra y del mar, el Cardo con ajo negro y cocotxas de bacalao.

Luego, probamos la Alcachofa confitada (y después a la brasa), con crema de foie, manzana, ralladura de limón y berberecho. Delicadísima, y esa crema le iba ni que pintada, riquisima.

Pasamos al pescado, con un Bacalao con salsa casera de tomate. Perfectamente cocinado, por cierto, al acabar pide pan y moja esta salsa.

Y aún teníamos fuelle, así que acabamos con un muy buen Canelón de ternera, con bechamel con trufa.

De postre, nos decantamos por la Tartaleta de limón con merengue. Sencilla, clásica, también entró de maravilla.

Cierto es que tal vez no es lo más aconsejable visitar restaurantes con tan poco rodaje (dos semanas), pero cuando detrás está Griffo, la garantía de éxito es casi total, y así ha sido. En Calisto te vas a encontrar un espacio muy cuidado, y una selección de platos muy bien ejecutados, donde todo está en su lugar y bien integrado, para un resultado más que positivo. Producto de temporada, y un recetario tirando a tradicional, donde reina la sencillez y los detalles «de autor» de este gran chef. El uso de fondos y salsas que acompañan muchos de los platos, es acertadísimo.

Las croquetas y los torreznos son de campeonato, la verdura, el pescado, e incluso el canelón, estaba todo realmente bueno. Sin notas en falso, salimos de allí con ganas de volver con amigos, y no hay mejor señal. El ticket medio rondará los 60 euros. El nivel de disfrute, será máximo.

Aquí puedes visitar la página web de Calisto, y su perfil en Instagram.

C/ Eduardo Dato, 8.

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David

Buena dentadura, estómago de hierro, casi dos metros y un metabolismo maravilloso... una máquina de comer. Alguien tiene que hacerlo, así que como y bebo como loco para después contártelo y que vayas a tiro hecho.

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