Juntar cocina vasca, catalana, mexicana y hasta peruana, suena, a priori, bastante arriesgado. Si a esto le añadimos el handicap de no poder cocinar con fuego, y hacerlo a baja temperatura, o en crudo… la cosa se va complicando. Pero Ainoa Abasolo (vasca) e Isaac González (mexicano) lo tenían claro desde el principio, hace tres años justo ahora, abrirían en Madrid este formato, ofreciendo platos para compartir a un precio más que ajustado, y lo petarían. Dicho y hecho, así nació Bizikletak.
Este pequeño/gran proyecto, que ha cumplido tres años hace bien poco, surge en Donosti, y lleva este tiempo afincado en el barrio de Argüelles, a escasos metros de Nakeima. El buen hacer en la sala de Ainoa, la buena mano de Isaac, y en gran medida, la liga de precios en la que juegan, ha hecho que quien lo pruebe, se va con ganas de repetir. Y así nos paso a nosotros, y le pasa habitualmente a mucha clientela de su propio barrio, según nos cuentan.
La sala es bastante pequeña, con muy pocas mesas y una decoración más bien escasa (donde la bicicleta es la protagonista), pero a nosotros eso ya sabes que nos da un poco igual. Entrando en materia, y hablando de la carta de Bizikletak, como comentaba, no es cocina vasca únicamente, por mucho que su nombre así defina al proyecto, sino que aquí te vas a encontrar muchos guiños a muchas partes del mundo. Divida en Pika Pika, Algo más, Para Continuar, y Esto no termina aquí (postres), llama la atención lo corta que es, y como reza el título, también es reseñable que ningún plato supera los 8 euros.
La cocina de Bizikletak no es cocina vasca, por mucho que su nombre así lo evoque, es cocina global, de producto, tratado de forma diferente. Aquí el mercado y la temporada son los que mandan, y estos platos estarán disponibles en su carta hasa después de Semana Santa. Todos son raciones no muy contundentes, más bien pensados para que una pareja comparta al centro, y eso fue precisamente lo que hicimos. Vamos al lío.
Empezamos con un Huevo campero con puré trufado, setas de temporada y cebolla frita. Lo quitaron, pero lo han tenido que volver a poner en la carta a petición popular.
Y mientras, un vinito D.O. Vinos de Madrid, que siempre que vemos en carta barremos para casa y pedimos, La Maldición 2017 de Marc Isart. Nota, tienen más vinos que platos, y también los van cambiando según temporada.
Después, el Rollito de arroz (pasta de arroz) relleno de txangurro, con salsa de jengibre.
Y luego, le siguió uno de los platos que más nos gustaron en Bizikletak, su Falsa pizza de la casa. Elaborada con pasta filo, con tomates confitados y calabacín, al salir del horno se le ralla el queso parmesano.
Otro sorprendente plato, la Lubina macerada en remolacha, con vinagreta de mango y ensalada cruda de granada y rábanos. Intenso a la vez que curioso este plato en Bizikletak.
Y acabamos con el Steak Tartar al humo (ahumado al momento con madera de roble). Sencillote, pero más que efectivo (¡recordemos que cuesta 5,90 euros!)
Y un muy buen postre para terminar la experiencia en Bizikletak de la mejor forma, Crema de maracuyá sobre hojaldre caramelizado con nubes de la pasión.
Comer bien en Madrid gastándote 50 euros por barba es fácil, pero la cosa se complica cuando reduces el ticket a la mitad. Y es que en Bizikletak este es justo el ticket que manejan, 25 euros por persona, o incluso puede que menos (según tu saque). Para mi se trata de un sitio muy interesante al que puedes ir sabiendo que vas a comer bien, producto fresco, elaborado con mimo, y que además te van a tratar de maravilla, gastándote muy poca pasta. Para ellos y su paseo por el mundo «en bicicleta», va nuestra recomendación de esta semana. A seguir así chicos.
Por si quieres seguir más de cerca a la Bizikletak, aquí os dejamos su cuenta de Instagram.
C/ Meléndez Valdés, 52.