La historia del cine, la música, la literatura, y del arte en general nos ha dejado grandes iconos de todos los tiempos. Nombres que fueron y serán recordados por todos por lo grandes que fueron en sus campos. Hablamos de verdaderos mitos, a los que les hemos buscado las cosquillas para averiguar sus platos favoritos, sus debilidades en lo que a nosotros siempre nos concierne por aquí, los asuntos del buen comer.
La misteriosa tenia que Maria Callas usó para adelgazar, el imperio de productos ecológicos de Paul Newman, los macarrones con queso de Kurt Cobain, la mesa número 30 en la que Lauren Bacall y Humphrey Bogart se reunían en el 21 Club, el bocadillo de pollo, espinacas, queso y garbanzos que ayudaba a recuperar el aliento a Muhammad Ali, o las manías de una Victoria Beckham, quien delante de una cámara de fotos, jamás salía comiendo (según ella por no salir «mal», gesticulando o engullendo algo, vete tú a saber qué, poca cosa sería). Dejemos a la Spice de lado, y vamos a lo que nos interesa, aquí van 11 platos favoritos y debilidades gastronómicas de otros tantos famosos y grandísimos personajes con el morro fino.
Frank Sinatra
Los dos ojos azules más famosos de la tierra tenían absoluta debilidad por la gastronomía italiana. De madre genovesa y padre siciliano, no podía extrañar que el más italiano de los americanos no pudiera resistirse ante un plato de vitello, de pasta fresca y una copa de su vino favorito, un Chianti. Al bueno de Frank le encantaba la vida nocturna, y casi nunca se levantaba antes de la una de la tarde. Después, antes incluso que desayunar, lo primero que hacía era organizar la cena con algún amigo. En la imagen, tomada en 1965 en Miami, disfruta de un clásico made in America, otro de sus platos favoritos, un perrito caliente que obviamente, no aparecería en el libro de recetas de la que fuera su mujer, Barbara Sinatra.
Alfred Hitchcock
La relación del director inglés con el mundo era bastante peculiar. El suspense en sus películas también se tradujo en cierto «suspense» por algunos alimentos como con los huevos cocidos. «Redondos, blancos y sin agujero», llegó a decir. Sentía un pasión total por la carne, bebedor empedernido de la Mimosa y devorador de la Quiche Lorraine. Parece ser que al bueno de Alfred también le gustaban bastante los Pretzels, ¡ficha el tamaño de este!
Marlene Dietrich
La actriz alemana lo tenía claro: no salía con ningún hombre que no bebiera Martini. ¿Exigente? No, sofisticada. Marlene era enigmática hasta para las elecciones gastronómicas. Su coctel favorito era whisky con limón, angostura y claro está, un martini seco. Por cierto, no era la única: el director Luis Buñuel también fue un enamorado de esta bebida.
Andy Warhol
No era un tipo fácil. No porque mostrara un carácter agresivo, al contrario, Andy Warhol era difícil porque sabía cómo pasar desapercibido. Apenas hablaba y respetó a raja tabla eso de interactuar muy poco con el entorno… hasta que Ron Galella, conocido como el “fotógrafo de las estrellas” (y al que Marlon Brando rompió unos cuantos dientes de un puñetazo) le pilló comiéndose un perrito caliente de lo más mundano. Si te pica la curiosidad, no te pierdas a Warhol comiéndose un whopper (una performance artística), su Autoretrato (1982) comiéndose un plátano, o en casa de su querida madre Julia desayunando cereales.
Jack Nicholson
Nos ha dado momentos geniales en la gran pantalla (y algún que otro susto entre hachazo y hachazo). Jack Nicholson posó de esta guisa para el fotógrafo y diseñador Willy Rizzo. Muchas celebrities pasaron por delante de su cámara pero nos quedamos con el actor y esa sandía que actúa de sonrisa malévola… ¿os suena?
Elvis Presley
Hay que admitir que además de saber mover las caderas como nadie, Elvis disfrutaba de la comida como pocos. La carne roja era su debilidad, pero no se cortaba a la hora de experimentar sabores: uno de sus platos favoritos más conocidos era el Fool´s Gold Loaf, un bocadillo de crema de cacahuete, plátano y bacon. Así, tal cual, con un par. En su época de excesos intentó perder peso con dietas de gelatinas y métodos muy poco recomendables, pero no le salió muy bien la jugada… pero ¡qué más da, era el Rey!
Louis Armstrong
Nacido en el sur de Estados Unidos, Louis Amstrong experimentó la buena música y la gastronomía sureña desde pequeño. Tanto le gustaba la comida que le pusieron el sobrenombre de Archmo, una abreviatura de Satchelmouth o “boca de mochila” Vamos, que tenía buen saque. La comida italiana era una debilidad, en especial, los spaghetti, y como suele ocurrir en estos casos, el sobrepeso apareció. ¿Cómo adelgazar? Pues con un método nada recomendable, tomando laxantes. ¡Incluso fue la imagen de una tremenda campaña publicitaria!
Salvador Dalí
No descubrimos nada nuevo si decimos que la relación de Dalí con la comida era surrealista. De pequeño quería ser cocinero, no pintor. En muchos de sus cuadros aparecen alimentos en contextos oníricos, increíbles, como el arbusto de langostas con hierbas vikingas. A lo largo de su vida, Dalí nos dejó muchas perlas sobre la gastronomía “Las espinacas son amorfas como la libertad” o “tan sólo me gusta comer aquello que tiene una forma clara y comprensible para la inteligencia” Mucha atención al libro Las Cenas de Gala, una recopilación de su obra gastronómica.
Marilyn Monroe
¿Desayunar café? ¡¿Qué?! Ser Marilyn Monroe implica una dieta mucho más sofisticada. La actriz confesó que todos los días preparaba huevos crudos batidos con leche tibia para desayunar. Y por las noches, después de ir al mercado (dudamos que fuera así…) se comía otro de sus platos favoritos, un filete de ternera con 3 o 4 zanahorias crudas, extraño maridaje. Andy Warhol retrató a la más explosiva de Hollywood, y ella le devolvió el favor haciendo más famosa aún la sopa Campbell creando la sopa Marilyn con con puré de patata, ajo y perejil. ¿Qué os parece?
Ernest Hemingway
España le gustaba. Le gustaba mucho. Tanto es así que en sus novelas hay continuas referencias a lugares de paso y claro está, a platos, sabores, productos. Tanto es así que hay una guía por los restaurantes (con recetas incluidas) por los que pasó Hemingway. En Muerte en la tarde, el escritor nombra Casa Botín, uno de los restaurantes más antiguos de España, donde le gustaba quedarse en el salón Castilla a comer paella, uno de sus platos favoritos. Paris fue otra de las ciudades que devoró (el choucroute lipp le encantaba), especialmente el Café Les Deux Magots de Paris durante su etapa como reportero del Toronto Star.
Sofia Loren
Es imposible olvidar la famosísima fotografía junto al llamativo escote de Jayne Mansfield durante una cena. Como buena italiana, la gran Sofia sabía cocinar y sacar provecho de sus orígenes italianos: tiene dos libros de recetas, La Cocina con Amor, escrito durante su etapa de residencia en Suiza, y el otro, a finales de los noventa, Recetas y Recuerdos, una recopilación de recetas típicas del sur de Italia.
Está claro que no hace falta ser un icono de este calibre para tener platos favoritos… ¿por qué no nos cuentas cuáles son los tuyos¿, así podremos remar en esa dirección a la hora de buscar futuras recomendaciones para ti… ¿qué te parece?