Uno de los recuerdos que guardo con más cariño de la infancia es cuando por las mañanas, antes de irme al colegio, mi madre me daba 150 pesetas (sí… pesetas, eran los 80/90) para comprar dos barras de pan en la panadería del barrio. Al entrar en ella había tres cosas: pan, silencio y una señora mayor con un delantal blanco detrás del mostrador que te atendía y te vendía un pan cuya calidad muy posiblemente nada tenga que ver con el que compramos hoy en muchos lugares.
Los tiempos han cambiado y en muchos aspectos de nuestro día a día, como el gastronómico que es el nos toca a nosotros, la calidad de algunos productos ha disminuido considerablemente. Este es uno de los motivos por el que allá en 2010, Javier Marca, un joven emprendedor madrileño empezó a darle vueltas a un proyecto personal con el quería, literalmente «recuperar la memoria del pan, los sabores sencillos y puros». Después de varios años de darle al coco y mucho trabajo, el proyecto acabó viendo la luz hace aproximadamente un año, y a día de hoy se han escrito en Madrid muchas líneas sobre él, os hablamos de Panic.
Panic es, a diferencia de esa panadería de la que os hablaba al principio, un lugar en el que nada más entrar se respira ajetreo, movimiento, mucho jaleo: decenas de panes recién hechos encima de una mesa (Ojo, estos no se tocan, son todos para repartir en restaurantes de la ciudad) tres o cuatro personas haciendo cola delante del mostrador, dos personas atendiendo sin parar, cuatro más al fondo, detrás de una mampara de cristal preparando la masa y sacando más panes de horno, olor a pan recién hecho, harina por todas partes, etc… Panic es autenticidad en estado puro, igual que Javier, el creador de todo este tinglado.
Mientras uno de nosotros se sienta con Javier para que nos cuente de qué va todo esto, el otro se pone a hacer fotos y a hablar con el resto de integrantes del equipo, allí todos tienen algo que aportar.
Desde su primera venta el día 2 de diciembre de 2013 a las 18:00, hasta hoy, Panic se ha convertido en un referente de la ciudad, tanto es así que son pocas las plataformas sobre gastronomía que no le han dedicado una pequeña reseña o un reportaje. Y es que esta panadería, junto a la Quesería Conde Duque de la que os hablábamos hace unas semanas, han formado parte de «la revolución de la calle Conde Duque«, donde incluso Ana Duato hizo hace poco una parada en su programa «Un país para comérselo«.
La historia de cómo empezó Panic es interesante: Javier, un joven diseñador madrileño, es papá por primera vez y comienza a preocuparse por la calidad de la comidas que le están dando a su bebé. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, comprase el pan que comprase, todos sabían igual, podían tener pipas, aceitunas, o cualquier otro añadido… pero todos tenían el mismo sabor. Después de aquello comenzó la «búsqueda de un pan con sabor» haciendo pan en casa, al tiempo empezó a impartir cursos, una cosa llevó a la otra y terminó cambiándole la vida.
En Panic no se andan con rodeos, tienen 6 tipos de panes y ya está… eso sí, puros, sencillos y con sabor: de trigo, de espelta, de centeno, mezcla, blanco, integral y con semillas. No quieren ir más allá porque su filosofía es la de ofrecer un pan para todos los días, para cualquier hora, «el pan no tiene que ser gourmet. –nos dice Javier- El pan es de todo el mundo y de todas las mesas. Nuestros panes tienen buen color según a quien se lo preguntes, estamos mal acostumbrados al peso, a la forma o al color, y son aspectos poco relevantes». Y la calidad de su pan la comprobamos, además de en el sabor, en que pueden pasar 4 ó 5 días y aguanta perfectamente.
Cuando le preguntamos si van a hacer otros tipos de panes, Javier nos dice que «En Madrid hay un deslumbramiento del cliente por la cantidad de panes y sus variedades, y de toda la vida ha habido 4 ó 5 tipos de panes y nada más. Se pueden hacer muchos tipos de panes, sí, pero con un estudio previo y cuidado, pensándolo bien y no a lo loco. No vale solo con meterle cosas al pan». Cualquiera de nosotros, como clientes podemos estar de acuerdo o no con Javier, pero el caso es que allí la gente no deja de entrar a comprar, y a día de hoy no pueden abarcar toda la demanda que tienen en el barrio.
En Panic trabaja un equipo de 6 personas sin parar, al ritmo de «Beach house», para sacar una media de 400 panes al día, muchos de los cuales se van para locales como Lakasa, Mama Campo, La Cantina del Matadero, Toma Café, etc… «No quiero inundar Madrid de pan ni aumentar Panic porque sí, de momento sólo necesito aumentar un poco la producción de pan para abarcar la demanda en tienda y ya está. -dice Javier- No sé si el negocio se ha encarrilado, esto va bien pero hace falta más pan en Madrid y no solo unos guerrilleros como nosotros, contados con los dedos de las orejas«
El caso es que, encarrilado o no (nosotros pensamos que sí), además de sus panes, en Panic podréis encontrar unos bizcochos que son una delicia, obra de Chris Tonge y de su obrador, situado unos metros más allá en la misma calle, dentro de la Quesería Conde Duque: tarta de zanahoria, bizcocho de limón y semillas de amapola, de pistacho y avellanas, tarta de queso, de calabacín con jengibre, lemon pie, brownie de choco, etc… Como ya os contamos, entre estos dos proyectos hay unas sinergias y un buen rollo admirable.
Nos marchamos de Panic no sin antes hacerles, según nos dijeron ellos, su primera foto oficial de equipo. Esperamos que nunca pierdan la pasión y la dedicación que nos transmitieron durante la visita, y que Madrid los trate tan bien como su pan está tratando a los madrileños.
Os dejamos aquí con sus datos de contacto para que les hagáis una visita:
Calle Conde Duque, 13
910 86 22 01
PD: Si os dejáis caer por allí, no os cortéis y decidle a Javier que los habéis conocido a través del post de Con El Morro Fino, seguro que les mola escucharlo y nos estaréis echando un cable para que sigan apostando por nuestro trabajo.
El mejor pan de Madrid, sin duda… Siempre perfecto con los mejores ingredientes y hecho con dedicación y cariño.
Un poco decepcionado con esta panadería….. Compré una barra con un aspecto estupendo, tostada por fuera pero poco crujiente y al miga por dentro estaba cruda y todavía sabía un poco agria, como si no hubiese terminado de fermentar …. No soy experto en panes pero he comido muchos y muy buenos y este desde luego no está entre mis favoritos.
Curioso, porque nosotros hemos ido más de 10 veces a por pan, y siempre nos lo han dado perfecto.
Gracias igualmente por el comentario Juan Carlos.
Abrazo!
me parece una tomadura de pelo. tienen el local lleno de panes y te dicen con una sonrisa que no tienen pan para venderte, solo el de centeno y a qué precio! 5, 30 € un pan mediano. El resto, está todo reservado, te dicen con una sonrisa.
Entonces, que no abran al publico, y vendan por telefono o por internet.
El pan de centeno se parece bastante al pan de centeno de bolsa del Lidl.
demasiado fuerte.
vamos, que no vuelvo.
Muy buen post, ya conocía Panic y me encanta la idea y su pan, es para morirse!
Gracias Ana, nos alegra que te guste.
Sí, la verdad es que el pan es una pasada, por cierto… ¡ahora mismo me comía yo un hogazón entero!