Malasaña, barrio de la movida madrileña por antonomasia, se ha convertido en los últimos años en refugio de todo tipo de nuevas tendencias, moderneces, molonas unas y surrealistas otras, hipsters, guiris, artistas y «biciclistas», etc… (no os perdáis ESTE artículo sobre cómo comportarse en Malasaña, buenísimo) y entre todos ellos, como pequeños champiñones que salen sin avisar, aparecen nuevos locales con estéticas muy cuidadas (algunos), mientras que los clásicos se renuevan y se adaptan a los nuevos estilos que nos invaden.
Hoy os vamos a hablar de uno de esos lugares míticos desde hace 10 años, uno del que alguna vez habréis oído hablar, sobre todo por sus sótanos playeros, y que reabrió sus puertas el pasado mes de agosto con una imagen totalmente renovada, de mano del grupo La Musa (que también llevan Cafetería HD o La Musa latina, entre otros).
Es el turno de Ojalá.
Ojalá es un local bastante conocido, sobre todo porque a nadie ha dejado indiferente ese pedazo de «playa» que tienen montada en el sótano, con una tonelada de arena traída desde Almería y un ambiente «beach boys» total, con chiringuito y todo. Es todo un punto llegar una noche cualquiera (mejor si es invierno, porque así el contraste es mayor), ir bajando poco a poco por las escaleras que llevan al sótano, copa en mano, e ir escuchando y respirando el ambientazo que hay allí.
Ojala ha cambiado de arriba a abajo, se ha dado un lavado de cara de los buenos (los chicos del Grupo La Musa saben lo que hacen) y todo ha sido fruto del trabajo de Andrés Jaqué, un reconocido arquitecto madrileño que ha tendo muy buen gusto: un piso inferior como ya os hemos contado, un piso superior dividido en tres zonas, una interior con mesas para comer con calma, una mesa comunitaria bien grande, en la zona de camareros, para comidas rápidas y tapeos, y una tercera zona a modo de jardín colgante, que es medio comedor medio terraza interior, donde da gusto comer cuando hace buen tiempo.
Pero vamos a lo que vamos, que es lo que nos hace fuertes, el papeo. Las combinaciones para comer en Ojala son muchas, uno puede tapear, medio comer, comer entero o sencillamente «terracear» con una cervecita fresca. Para ello, en primer lugar tienen unos platos del día con sus respectivos precios individuales por si no quieres el menú entero, o con precio por menú completo por 8’75 Euros (bebida aparte) que a nosotros nos parece bastante recomendable.
Pero si pasas de menú diario, y quieres de verdad meterte en su cocina de lleno, te recomendamos que le pegues un buen vistazo a su carta: está dividida en dos partes, una para platos que se sirven durante el día hasta las 20:00 (ojo a su oferta de 9 tipos de brunch), y otra donde están los platos a partir de las 20:00, más contundentes, para irse a dormir bien satisfecho.
Nosotros tenemos buen saque, así que tiramos de la zona «night», todo para compartir: de primeras nos comimos un Wrap del César con pollo asado, lechuga romana, parmesano, croutons, bacon y salsa suave de anchoas. El Wrap es un plato frío, generoso en cantidad, nos pareció el más «normalito» de todos porque tenía un sabor bastante suave, y a nosotros nos gustan los sabores bien pronunciados. La próxima vez probaremos el otro Wrap de la carta, el Roast Beef, que tiene muy buena pinta.
De segundo llego el Taco Presa Pibil, de presa marinada con achiote y zumo de naranja, frijoles negros, guacamole, cebolla roja, jalapeños y pico de gallo. Este taco estaba bueno, muy bueno, con un guacamole con el que casi se nos saltan las lágrimas, todo super sabroso, picaba un pelín (muy poco, lo justo) y nos pareció muy completo. ¡Un pedazo de taco!
De tercero nos pedimos un Bocadillo «Como en Vietnam», de ternera laminada en escabeche y cilantro, queso cheddar, guacamole y salsa vietnamita. El bocadillo sabía a ternera y guacamole, y muchos de vosotros pensaréis «lógico», pero no, no es tan lógico, porque a veces la calidad de la carne deja mucho que desear y los sabores brillan por su ausencia. Este no era el caso, era un bocadillo relativamente ligero, pero el contenido estaba muy bien medido, eso nos encantó porque somos de los que piensan que un bocadillo no tiene que estar rebosante de ingredientes, si estos están bien escogidos. Y la presentación…pues ahí la podéis ver, sencilla pero muy apetecible.
Por último (antes del postre) nos sirvieron el plato que más disfrutamos de todos, una Burger Clásica de carne de buey, queso cheddar, cebolla roja, tomate y lechuga. El pan lo traen a diario de una panadería artesanal de Barcelona (como en Cafetería HD), la hamburguesa es de 180 g, una mezcla de carne de La Finca, exclusiva para Ojalá (vamos, que esa hamburguesa concretamente se la hacen solo a ellos) y como podéis ver en la foto estaba tierna y sabrosísima, ni una ternilla ni media, y nos la comimos sin mirar ni siquiera el ketchup/mostaza. Deliciosa.
La acompañan de Patatas asadas al estilo paprika, con una mezcla de especies que se llama Valentina y ají para el toque picante, que le dan un toque tradicional casero muy rico (cada vez que nos sirven una burger con guarnición que no sean patatas fritas, nos dan la vida)
Pretendíamos acabar aquí, pero nos habían recomendado que probásemos su tarta de queso, y como somos unas víctimas de las malas influencias, nos dejamos llevar…y ¡oh Dios mío! Nuestro paladar estará eternamente agradecido de que acabásemos con esta Tarta de Queso «in your face», porque gozamos con ella como con ninguna otra tarta de queso hasta la fecha, ¡qué cosa más rica!
La sirven en un vaso clásico, por capas: una capa de cremosa tarta de queso, otra de galleta granulada crujiente, otra de mermelada y arriba del todo una emulsión de tarta de queso, como su fuese espuma, coronada con una hoja de hierbabuena. La mezcla de sabores y texturas en la boca es toda una experiencia, algo intenso, os la recomendamos MUY mucho. (Después de todo lo que comimos, una tarta de estas para dos es más que suficiente)
Lo normal en Ojalá, según nos cuentan ellos mismos, es que la gente vaya a comerse un primer plato, un postre y una bebida por una media de 10 euros, pero sabemos que la mayoría de vosotros tenéis buen saque, así que ir a comer como fuimos nosotros, con la bebida incluida, os puede salir por una media de entre 15 y 20 euros, una relación calidad-precio como a nosotros nos gusta, muy equilibrada.
Esperamos que vayáis y lo disfrutéis de lo lindo.
Os dejamos con su web, Facebook y Twitter.
Calle San Andrés, 1
91 523 27 47
PD: Y recordad lo que os pedimos siempre, si os pasáis por allí, comentadles que los habéis conocido a través de nuestra web y nos estaréis echando un cable para que los locales sigan confiando en nuestro proyecto. ¡Gracias!
El sitio es una monada, pero el servicio… ha dejado bastante que desear siempre que he estado.
La vez más grave fue cuando pedimos que uno de los platos lo sirvieran sin guacamole (por un tema de alergias) y nos lo trajeron tal cual, guacamole incluido.
No hubiera pasado nada si encima no se lo hubieran tomado fatal -con absoluta chulería- cuando le recordamos que lo habíamos pedido sin esta salsa… Una experiencia bastante desagradable 🙁
Cuando fui por primera vez al ojalá, hace por lo menos 4 años, me sorpredio muchísimo encontrar el plato de tomates verdes fritos, desde pequeña quería probarlos por la película, que me encanta. No se si los seguirán teniendo en carta pero son de lo mejorcito. Y el ojalá un sitio para perderse.
Vaya hambre me ha entrado echándole un ojo a este sitio, Todo tiene una pinta increíble, pero por la descripción ese bocadillo con guacamole, ummm…. eso tengo que probarlo!! Gracias por la recomendación.
Gracias a ti por leernos Beatriz. Si vas no dejes de pedir la burger, y esa tarta de queso… es brutal 😉