En nada se acaban las vacaciones y toca volver a la rutina, pero eso no significa que necesariamente se acabe lo bueno. Te proponemos 10 museos gastronómicos perfectos para que tomes buena nota de dónde vas a pasar tus siguientes vacaciones, dando rienda suelta a tu obsesión, la que compartes con todos esos #conelmorrofino.
Al rico helado todo el año
Queda poco para despedirnos del verano pero no del helado, eso nunca. Gracias al Museo del Helado en Nueva York, no hay fecha límite para comerte uno. La idea fue del diseñador Irwin Adam y un grupo de artistas y diseñadores obsesionados con el helado. Este museo, situado muy cerca del Whitney Museum, es casi más un parque temático para los que se pirran por un helado: piscina llena de toppings, sandwiches de helado, sabores futuristas, globos comestibles y una sala de chocolate.
Chocolandia
Para los aztecas, el chocolate era la bebida de los dioses y no nos extraña. El museo del Chocolate de Colonia es de esos lugares en los que a ti también te gustaría vivir. Su fundador, Hans Imhoff, decidió dar forma a su pasión en 1993 construyendo este museo que alberga piezas precolombinas y de la implantación del chocolate en la Europa de los siglos XVII y XVIII. Además hay un espacio dedicado al diseño y packaging del chocolate: anuncios, postres, cajas, y chocolaterías de los más vintage.
A estudiar la comida
¿Cómo actúa el cerebro cuándo comemos? ¿cómo se crean los sabores? El Museo de la Comida y la Bebida (MOFAD) de Nueva York te da las respuestas a estas y otras preguntas como la importancia de las especias, la creación industrial de la comida, el desarrollo del sector del cereal… todo lo que quieras saber de la comida que nos rodea.
Un poco más de estudio
Con el mismo nombre, el Food and Drink Museum de Londres también quiere convertirse en uno de los museos gastronómicos de referencia en alimentación, historia, arte y sociología de la comida. Hasta hace tres meses estaba situado en el Borough Market y ahora están a la espera de inaugurar en su nueva sede. Imposible no flipar con la exposición interactiva sobre la digestión o mejor aún, la hemeroteca que han creado sobre los menús británicos más antiguos.
Pasta alla italiana
No podía faltar un homenaje al producto italiano por antonomasia: la pasta. El Museo Nazionale della Paste Alimentari, Fundado en 1993 en Roma, repasa los orígenes de la pasta, los cientos de tipos y maneras en las que se puede cocinar, la invención de la “pasta secca”, los personajes célebres amantes de la cocina italiana y la maquinaria empleada desde los inicios hasta la actualidad. No hay italiano en el mundo que pueda vivir sin un plato diario de pasta… nosotros tampoco.
El jardín de las frutas
¿Raro? Para nada. Faltan museos gastronómicos como este, el Yamanashi Fuefukigawa Park, dedicado a la fruta, a su belleza natural y a la importancia del medio ambiente. La arquitecta japonesa Itsuko Hasegawa creó en 1997 tres edificios en vidrio y cristal que simbolizan el crecimiento de una semilla hasta convertirse en árbol con un invernadero incluído. En el interior del museo de la fruta hay espacios dedicados a la uva, al melocotón y a la ciruela, frutas locales de Yamanashi. Y todo con vistas al monte Fuji.
China y el té
La pasión por el té se les ha ido un poco de las manos… y si no te lo crees mira el edificio del Museo del Té en la ciudad china de Meitan. Esta enorme tetera roja tiene el récord guiness de ser la más grande del mundo con sus 73 metros de altura. Todo un homenaje a las plantaciones locales de té verde. También en China existe otro museo de referencia: el museo del Té de Hangzhou, diseñado en plenas plantaciones de té y con un espacio dedicado a la porcelana china y el ritual para servirlo.
Popcorn de todo tipo
Saladas, dulces, con mantequilla, con extra de sal… en fin, que nos gustan las palomitas en todas sus formas y sabores, y como no podía ser de otra forma, existe el Museo de las Palomitas. ¿Dónde? En el país que puso de moda comerlas en el cine: Estados Unidos, en concreto en la ciudad de Ohio, donde George Brown puso en marcha este museo que incluye máquinas y carritos del año 1892 postres y anuncios vintage y toda clase de packaging. Además cada año organizan el PopCorn Festival. ¿Apetecen verdad?
El mundo de las especias
En una de las zonas más bonitas y visitadas de Hamburgo se encuentra uno de nuestros museos gastronómicos favoritos, el Museo de las Especias, Das Spicy´s Gewürzmuseum, que acoge más de 50 especias de todo el mundo. Entre ellas, dos de las más especiales y caras, la orquídea de vainilla y el azafrán. Cuenta con tienda y restaurante, donde por las tardes se organizan performances y degustaciones de menú llenas de especias.
Vino del bueno
Comas lo que comas, la diferencia está en el vino. Elegir uno bueno puede convertirte en un héroe… pero si no tienes ni idea de por dónde empezar a aprender de vino, visita la Cité du Vin, la Ciudad del Vino. Es un auténtico homenaje al vino y la cultura que representa situado en la ciudad francesa de Bordeaux. El edificio, diseñado por los arquitectos de XTU, permite contemplar toda la ciudad desde el mirador de la última planta. Cerca de 13.350 m2, un auditorio espectacular y 20 secciones temáticas sobre los orígenes del vino, completan este lugar imprescindible.
Si además de playa o montaña, has visitado alguno de estos museos gastronómicos, ¡cuéntanoslo! Queremos saber dónde, cómo y con quién… Tomamos nota de todo.
Visitar museos gastronómicos es una actividad de lo más divertida para conocer un montón de curiosidades sobre tus comidas y bebidas favoritas. Además, en muchos de ellos puedes hacer catas para degustar los sabores de tus productos favoritos. Sin duda, estas opciones son de lo más ideales para pasar una tarde y disfrutar degustando. En http://www.museumvallejo.com/ tienes un montón de experiencias para realizar tanto solo como acompañado de amigos o pareja. ¡Son ideales!
Siento cierta envidia sana por el cuidado que ponen los franceses cuando de vino se trata.
No conozco los otros nueve museos, pero este último si, es realmente espectacular, y para un amante del vino imprescindible.
Fantastico post.
Muchas gracias Suárez, cierto… los franceses saben de esto, y mucho.