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Hace ya unas cuantas semanas que han pasado esas infernales fiestas navideñas, menos mal, la gula es pecado capital. Y seguro que ya se ha pasado la fiebre esta del «champan». ¿Cuantos no van a volver a llevarse una copa de espumoso a la boca hasta el año que viene?.

Y me diréis: «claro que no, si a mi eso de las burbujas…» Y no me extraña. Con la mierda que os hacen beber… Da miedo mirar los lineales de las grandes superficies a la hora de coger un espumoso. Hasta os daría el visto bueno de enganchar un Moet antes que otras basuras que pululan por ahí.

El día antes de nochevieja tuve que hacer algunas compras en un Hipercor. Como siempre me dí un pirulillo por la sección de vinos por si veía algún chollete, quizás alguna manzanilla con fecha de caducidad de hace años que llevaba mi nombre (¿se podría denunciar por tener un producto en malas condiciones?. Ironic mode on, ó no..).

El caso es que una estampida de gente andaba por allí echando lo que buenamente les sonaba de la tele a su cesta de la compra: su Pata Negra, su Protos… Aquello me produjo bastante morbo por ver como actuaba la gente de a pie a la hora de seleccionar un vino. Hasta que en la sección de espumosos no me puede aguantar y, metiéndome donde no me llaman, sugerí a un matrimonio que se llevasen un cava, era un Gramona (que menos), y dejasen ese «rico» semi-seco que llevaban en la mano.

cava allegro garmona (vía www.cavapack.com)

vía www.cavapack.com

¿Y es que os habéis fijado en un detalle muy curioso?. En las grandes superficies los espumosos secos y semi-secos ni si quiera están en la zona de vinos. Sino junto a sangrías, tintos de verano y demás productos refresco-industriales-vinícolas… ¡El azúcar engaña madafacas!.

Y es que ahí está otra de las claves del asunto. ¿Con que vas a tomar el espumoso de turno?. No me hagáis la paletada de comeros un trozo de brazo de gitano con un Brut Nature.

Como siempre los datos técnicos os los buscáis por ahí pero básicamente hay que tener en cuenta que estos vinos (sí sí, ¡son vinos!, sidra El Gaitero no eh?) se clasifican por el nivel de azúcar residual. Siendo el Brut nature el menos dulce (prácticamente 0% de azúcar) hasta el brut donde encontraremos un porcentaje mayor de gramos/litro. Entre medias anda por ahí el extra-brut y pasaríamos ya a secos y semi-secos con un dulzor considerable y el posible enmascaramiento de por medio.

champagne

vía bollicinemonamour.com

Y otro dato importante, las burbujas, lo que hace a estos vinos especiales, no es el producto de un buen chorro de casera sino de una segunda fermentación que se produce dentro de la botella. Es en la Champaña donde un monje zumbao, viendo que allí hace un frío de cojones y no le maduraban bien sus uvas, decide ponerle un chorrazo de azúcar en la botella (para insuflar la que no eran capaces de conseguir de manera natural) y hacer que fermente para ver si así era capaz de hacer ese potingue algo bebible. Y joder, vaya pájaro, le quedó de domingo.

Dom-Perignon-corchazo (vía blogs.diariovasco.com)

vía blogs.diariovasco.com

Tened muy en cuenta ese nivel de azúcar a la hora de ponerlo en la mesa. ¿Que donde está el límite?. Eso lo tenéis que explorar vosotros. A mi personalmente no me entusiasma poner ni siquiera un brut al lado de un bocado dulce, pero….

Esa gran bestia que es Champagne.

Me pone nerviosísimo ese comentario de mi madre – y eso que ya se sabe la lección – de: anda que bien, ¡si has traído un champagne!. No mama, es un cava.

Señores, la tipología de vinos es espumosos, un champagne es porque es de la Champaña, y un cava porque es del Penedés (aunque la denominación de origen acepta cavas de otra zonas como Extremadura).

¿Qué es mejor?. Si solo tienes 15 euros compra un cava, es lo único que voy a decir. O dicho de otro modo: si ves un champagne de 20 euros es una mierda segurisisisimo. A partir de ahí a jugar: mejor un Recaredo de 15 euros que un Moet de 30. De hecho hay (siempre en las tiendas especializadas) muchísimos pequeños productores de champagne que les curten el lomo a un Moet por el mismo precio.

Tenemos hambre.

Los espumosos son uno de mis vinos comodín ya que su acidez/frescura, mas esa crema en forma de burbujas (así es como debe ser un buen espumoso, las burbujas deben aportar cremosidad en boca, no ser una coca-cola con la que dan ganas de eructar después del primer sorbo) permiten múltiples combinaciones.

1- Cordero lechal + champagne blanc de noirs.

Una de mis combinaciones preferidas. La grasa del lechal será automáticamente limpiada por el espumoso, dando ligereza a la comida. Un blanc de noirs (espumoso blanco hecho con uvas tintas) dará el empaque y estructura suficientes para aguantar la potencia del bicho. Capricho de dioses.

Por ejemplo, un maravilloso Lenoble Premier Cru blanc de noirs.

lenoble

2- Bandeja de navajas plancha + Rimarts Reserva.

Finísimo acompañamiento para un entrante marinero. Carbónico integrado, fresco, con tipicidad, un guante en la boca.

rimarts_reserva

vía sibarit.us

3- Salmón a la parrilla + Carles Andreu Brut Nature Reserva.

Entramos en terreno de cavas muy vinosos, es decir, para mi se acercarían más al concepto de vino tranquilo que al de espumoso. Sobre todo si encima le damos algo de guarda en el trastero.

Mas potencia, intensidad, sabor. Perfecto para el salmón.

carles andreu

vía doconcadebarbera.com

4- Tacos mexicanos con pico de gallo y salsa chipotle + José Dhondt Brut blanc de blancs.

Ese picor de la comida será absolutamente contrarrestado/acompañado por la expresión más pura de la chardonnay. Delicadeza y profundidad, mineralidad y concentración, frescura.

Jose-Dhondt-Blanc-De-Blancs-Brut-Champagne-Label

vía winealign-production.s3.amazonaws.com

5- Souffle de limón + Gramona gran cuvee de postre.

Si no queréis rollos y dolores de cabeza fiaros de una gran casa como Gramona para tomar un espumoso dulce. Equilibrado y esférico. Muy placentero. Esto si lo veo para las campanadas. Si además contamos con la presencia del limón en la comida redondeamos un conjunto maravilloso.

vía idyllica.es

Así que… ¡!feliz año nuevo!! (en Febrero, con un par).

Foto de portada: Happy New Year (Jennuine Captures flickr).

Jimmy

Odiaba el vino, me daba ardores. Hasta que un día en una cena de empresa alguien me dijo: tu prueba este. Un vino que curiosamente ahora odio como suele ser habitual. Esa fue mi ruina, a partir de ahí dinero e hígado están fatal. ¡Hedonismo puro, paisaje embotellado! @JimmyBubbles78

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