Desde que abrió sus puertas, en septiembre del año pasado, teníamos fichado a este restaurante. El apellido y los antecedentes del chef a los mandos, Unai Camba, son de sobra conocidos por el público madrileño. Su anterior proyecto junto con su padre Iñaki, el restaurante Arce, ha sido durante años el lugar donde Unai se ha desarrollado como cocinero, donde ha aprendido la importancia del respeto al producto y de tocarlo lo justo para obtener platos redondos. Ahora vuela en solitario (junto con su socia Cristina Ybarra, ex cliente de Arce, donde se conocieron) continuando esta línea de trabajo, pero eso sí, imprimiendo su sello personal. Os hablamos de Kuc, Place To Be.
Este restaurante está dividido en tres zonas. La más cercana a la puerta, con una pequeña barra y algunas mesas altas, donde podrás picar varias cositas, de 12hrs a 00hrs; el salón, un pequeño espacio con pocas mesas; y también un privado con espacio como para unas 10 personas. Todo el restaurante cuenta con una decoración sencilla, cálida y efectiva para la que contaron con la ayuda de la decoradora Marisa Gutierrez. De banda sonora (que sabes que siempre me gusta fijarme), el Take Five de Dave Brubeck. De primeras, buenas sensaciones.
La propuesta gastronómica de Kuc se fundamenta en la sencillez. La cocina de Unai es equilibrada, fácil de entender, sabrosa, y sin muchos artificios. Se podría decir, por intentar clasificarla, que es cocina mediterránea pero con detalles que evocan a diferentes partes del mundo. Aunque fue tarea difícil elegir, nosotros nos decantamos finalmente por pedir varias medias raciones (tienen casi toda la carta con esta opción) para probar varias cositas. Aquí van todos los platos.
Comenzamos con la Trufa líquida, un bocado elaborado con aceite de trufa blanca (sin sintéticos) recubierta de pasta Orly y rebozada en polvo de trompetas de la muerte.
Tartar de gamba roja by Balky, con wasabi, lima, limón, jengibre, con mayonesa con jugo de cabezas y polvo de cabezas deshidratadas. Sin duda es uno de los hits de la carta del restaurante Kuc.
Después, el Arenque de apionabo cremoso y su aliño, con cebolla morada encurtida.
Le siguieron unos Mejillones al curry en Tajín.
Mientras tanto, un vino que nos sorprendió gratamente. Para la carta de vinos han sido asesorados por la Vinoteca Tierra, y Cristina nos propuso un Quinta Milú, La Cometa 2017. Un Tempranillo de Ribera del Duero que entra de auténtica maravilla.
Seguimos con el Huevo poché, hojas, camarones y torreznos. Rompes y lo mezclas bien todo. Uno de los platos que más nos gustaron en nuestra visita a Kuc. Pídelo sí o sí.
Nos habían hablado muy bien de sus Raviolis de carrillera de ternera y salsa de su guiso, y con razón. El plato acabó bien limpito.
Por último, la Presa ibérica en semiescabeche de PX.
De postres, su Tartaleta con crema de limón, que viene a ser como un Lemon Pie pero sin merengue. Bastante suave, sin mucho cítrico.
Y acabando, su Tarta de Queso, una mezcla bastante acertada de quesos que la convierte en una tarta muy cremosa y ligera.
Nos ha gustado la experiencia en Kuc, porque aquí todo tiene un sentido y un por qué. Los años de experiencia de Unai junto con su padre Iñaki en el restaurante Arce, se hacen notar en cada plato. Así, te vas a encontrar un buen equilibrio general entre producto y creatividad, que aplica en su dosis justa para tratarlo como merece, sin ningún exceso. Tanto si pides de carta, con un ticket medio que rondará los 45 euros, como si optas por su Menú Académico (entre semana) preparado por los alumnos de su Escuela de Cocina a 18 euros, el disfrute en este restaurante está asegurado. Volveremos a probar el resto de platos que se nos quedaron en el tintero.
Por si quieres seguir la pista a Kuc, place to be, aquí os dejamos su perfil de Instagram.
C/ Santo Tomé, 6.