Lo que nos ha pasado con la recomendación de esta semana no suele ser muy habitual. Repetir dos veces en la misma semana, con la de sitios que hay en el radar, no es muy común. Pero claro, cuando sales por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, después de haberte clavado tremendo ramen, te vienen a la cabeza muchos nombres a los que quieres llevar, más pronto que tarde, a catarlo. Así, tras pasarnos el jueves, volvimos a meternos con nuestro ZITY en pleno Madrid Central (La Latina) el sábado siguiente, para darle más caña al ramen de Killer Sobo.
Entendiendo que «sobo» es abuela en japonés, solo con el nombre, el concepto diseñado por los amigos de Eat&Love Studio, ya tiene rollazo. Esta «abuela asesina», nos promete, según leemos la carta de Killer Sobo, un interesante mix de culturas asiáticas con grandes clásicos de la gastronomía castiza. Sabores intensos, picantes (también te digo, no tanto como puede parecer), texturas, sorpresas, jugueteo en cada bocado… y en definitiva, disfrute para todos a los que nos gustan estos popurrís. Te contamos ya mismo lo que pedimos.
Empezamos con el Korokke de patatas revolconas. Croquetas rellenas de patatas revolconas, con salsa tonkatsu, mayonesa de lima y katsuobushi por encima (lo que ellos llaman en la carta «copos de bonito»). Lo dicho, fieles a su claim, lo asiático y lo castizo bien agarrados de la mano en un solo bocado.
Seguimos con los Torreznos melosones con chilli casero. Mira que hemos comido torreznos, pero estos, acompañados con una salsa de chile dulce, cebolleta china y cilantro, son realmente sorprendentes.
Después, dos baos. El primero, el Bao de Rabo de toro con mayo picante (kimchi) y «polvo de cochino» (que le da un toque dulzón más que interesante). El relleno es una pasada, pero ojo, porque el pan al vapor artesano también marca la diferencia. Esponjoso es poco.
Y después, un recién estrenado Bao de morcilla de cebolla (de León), con pimientos del piquillo confitado y cebolla crujiente. Ojo, hemos comido muchos baos en Madrid… este está sin duda en el top 3, con el permiso de Luke Jang y de Chuka Ramen Bar.
Y para rematar la faena, el maravilloso Ramen Tonkotsu Shoyu de Killer Sobo. Sabrosísimo caldo de tuétano (20 horas de cocción), con panceta a baja temperatura y después tostada (extra suave), cebolleta, alga nori, huevo cocido, setas enoki. La textura de los fideos (en el fondo de bol), espectacular.
De postre, el Arroz con leche de Nana Chan (su versión del Mango Sticky Rice tailandés) Con leche de coco y de soja, uvas, mango, granada y ralladura de lima. El paladar nos estaba pidiendo tregua, y este refrescante postre es perfecto para apaciguar el punch de sabores de Killer Sobo. Si tienes aun saque y te gusta el chocolate (y el picante), no dejes de pedir su Brownie picante, con chile habanero rallado.
¿Qué te vas a encontrar en Killer Sobo? Una propuesta aparentemente sencilla, y muy efectiva (tanto que como te decía, tuvimos que repetir dos veces la semana pasada) donde el ramen es el principal protagonista, pero donde también vas a gozarlo con una divertida fusión de las cocinas castiza (torreznos, revolconas, rabo de toro…) y asiáticas (salsas chinas, aderezos japos, «bocatas» coreanos), en un ambiente informal, con música cañera (bravo por la banda sonora). Aquí todo suma para que lo pases bien, hasta el ticket medio por persona, que rondará los 15-20 euros. Haz caso al equipo de Killer Sobo, y sigue su lema de «Come y calla, canalla», y hazme caso, al centro de la forma más sostenible (y sin multas) que hay, en ZITY.
Por si quieres seguir la pista de Killer Sobo en Instagram, aquí os dejamos su perfil.
C/ Redondilla, 7.
¡Qué buena pinta todo! Me encanta que se haya puesto de moda la comida asiática.
Se ve muy bien! Gracias
Y de postre unas galletas caseras http://www.hacergalletas.com