Con motivo del estreno, este próximo viernes día 3 de Octubre, de Torrente 5: Operación Eurovegas, hemos tenido la grandísima oportunidad de poder hacer nuestra gastroentrevista a uno de sus protagonistas, el actor y cómico Julián López.
Julián López, que lo habéis visto en «La hora Chanante«, «Muchachada Nui» y «Museo Coconut» entre otras muchas apariciones en TV, cine y algún que otro cortometraje (no os podéis perder PUSH UP), interpreta en Torrente 5 al fiel acompañante de Torrente, Cuco, un politoxicómano en proceso de rehabilitación, que ya fue interpretado por Gabino Diego en la segunda entrega de esta saga, y que hace equipo junto a Santiago Segura y Jesulín de Ubrique en esta quinta.
Además de acceder a que lo entrevistásemos, Julián sabía cuál era nuestro rollo y nos recomendó ir a comer a «Ouh Babbo«, un restaurante italiano que a él le gusta mucho, y que es propiedad de Bruno Squarcia, actor, cantante, empresario… o como él mismo se define, «restauractor«. Así que este post es una entrevista y una nueva recomendación gastronómica, las dos a la vez.
Ouh Babbo abrió sus puertas en 2005, es un local de apariencia sencilla, sobrio y elegante, con un piso inferior donde uno puede hacer sus cenas un poco más íntimas.
Una de las cosas que más destacan del local es el enorme horno de leña que tienen en la cocina, fabricado con piedra volcánica por una empresa de Nápoles que vino desde allí expresamente a construirlo. Tal y como nos contó uno de sus trabajadores «Es una maravilla, las pizzas están hechas en 2 minutos«.
En la puerta, Ouh Babbo tiene expuesto el certificado de auténtica cocina italiana, expedido por la cámara de comercio italiana a través del consulado italiano en España, que certifica que la cocina de ese local es auténtica y refleja la verdadera gastronomía italiana…ahí es nada.
Además de su cocina, en Ouh Babbo los clientes pueden disfrutar todos los jueves de una serenata italiana, donde tanto Bruno como cualquiera de los asistentes puede lanzarse a cantar en directo mientras se toman unas copas.
Dejamos el restaurante a un lado de momento, y vamos al grano: Julián acababa de llegar, le colocamos el micro y le explicamos que lo que buscamos nosotros es naturalidad, una conversación fluida sobre gastronomía y algunas cosillas más. Enseguida comenzamos a charlar como si nos conociésemos de siempre…
¿Dirías que eres un morro fino?
Yo diría que sí (entre risas). Lo que ocurre es que con la edad uno se hace cada vez más morro fino, sobre todo cuando viajas mucho por tu profesión y vas probando cosas, conoces nuevos lugares, etc… Por ejemplo, cuando voy de gira con Raúl Cimas nos lo tomamos muchas veces como ruta gastronómica, sobre todo cuando vamos al norte, Asturias, Cantabria, País Vasco, etc… nos vamos en coche para poder parar a comer donde nos apetezca.
Si tuvieras que elegir un ingrediente que te definiera, ¿cuál sería?
Te diría que el tomate, porque para mí es el epicentro de muchas comidas que me gustan, por ejemplo en un buen pisto manchego como el que hace mi madre, puedo estar comiendo días y días.
Yo además tengo una cosa que solo sabe mi familia, desde niño me ha flipado mojar los platos con tomate frito de bote, mojar y mojar, se me podía hacer de noche mojando tomate. Ahora han pasado los años y lo sigo haciendo, aunque uno ya controla un poco más su alimentación, pero si no tengo en casa un bote de tomate frito me dan hasta arrebatos… me lo pide el cuerpo, ¡viva el tomate!
–A estas alturas de la entrevista nos trajeron el primer plato, una Pizza Gourmet que nos había recomendado Trini, la mujer de Bruno, que estuvo super atenta con todos los que estábamos comiendo en el local ese mediodía. Esta pizza es tan sencilla como deliciosa: base de mozarrella, perlas de trufa negra, aceite de trufa blanca y parmesano. Una masa finita, finita y un sabor brutal y auténtico, no podíamos empezar mejor.–
¿Eliges los platos mirando la carta, o mirando de reojo a los que están comiendo alrededor?
Pues sí que suelo mirar, lo que pasa es que siempre miro cuando ya he pedido, lo cual es algo completamente absurdo porque ya tienes la comida y es una mierda, ves algo que te gusta más y entonces dices “¡Joder, ahora quiero eso!”, y claro, no puedes…
De todos modos, algo que me ha ocurrido con el tiempo es que me gusta hablar con los camareros y preguntarles qué puedo comer, si hay algo fuera de la carta, qué me recomiendan, etc… Aquí, en Ouh Babbo, Bruno lo hace mucho, charla contigo y te ayuda a elegir, yo me dejo aconsejar por él.
En Torrente 5 interpretas a Cuco, ¿qué plato crees que sería su preferido?
(Entre risas) Hombre, Cuco es politoxicómano así que es difícil saber qué plato puede gustarle a ese hombre. Por otra parte, Cuco es un tío que, aparte de la mala vida que lleva, es un tío muy leído que de pronto puede soltarte alguna parrafada culta, así que podría incluso gustarle las ancas de rana de algún sitio gourmet o delicias de faisán ahumado, más que la comida basura… ya se mete bastante basura en el cuerpo.
–De segundo, pedimos unos Fetuccini con huevo, trufa rallada y parmesano, en plato preferido de Julián, con el que gozamos de lo lindo: primero te traen el plato con la pasta fresca y un huevo escalfado encima, a continuación rallan la trufa sobre los fetuccinni allí mismo, que solo el olor que desprende la trufa es para derretirse por dentro, y finalmente rallan el parmesano hasta cubrirlo todo con una finísima capa. Os aseguramos que es uno de los mejores platos de pasta fresca que hemos probado en la vida.–
En los caterings de los rodajes se suelen pillar algunos kilos… ¿cuántos rodajes le calculas a Alec Baldwin entre “La caza del Octubre Rojo” y Torrente 5”?
¡Muy buena pregunta! (Risas) Pues… yo diría que unos cuantos, la verdad.
Que conste que cuando le vi en persona, le vi mejor de lo que pensaba, es un tío grandón pero está claro que se ha puesto de donuts y bollería un poco hasta arriba.
Él no solía comer con nosotros, pero un día de rodaje estábamos comiendo, y alguien se me acerca por detrás, me toca en el hombro y me pregunta “Oye, ¿dónde has cogido eso?”. ¡Y era él! Claro, no era normal porque él no comía con nosotros, así que se acercó a la cola, pilló un plato de arroz y se sentó a nuestro lado a charlar, nos contó historietas, etc… la verdad es que esa noche estuvo muy bien.
¿Tienes alguna comida secreta para conquistar a alguien por el estómago?
Yo es que no soy muy cocinillas, así que cuando llevo a alguien a casa huyo de los platos precocinados y hago lo que puedo. Puedo encargar un arroz, por ejemplo, pero si lo hago es porque sé que va a ser un arroz de morirse.
Últimamente estoy “trabajando” en algo, es un pescado, suele ser lubina, es muy sencillito: la hago al horno, le echo un vasito de vino blanco de mi pueblo y otras cositas…que yo cuando me la como pienso “Vale, esto está bien”, y entonces ya tengo que atreverme a dar el paso de mostrarlo a alguien… creo que estoy muy cerca de dar ese paso. A ver si con tiempo me atrevo y me voy soltando poco a poco.
–El tercer plato que nos sirvieron fueron unos Cuori di napoli: corazones rellenos de queso y pera, con salsa de tomatitos napolitanos y almejas. Si con los Fetuccini nuestro paladar había aplaudido, con este nuevo plato de pasta casi lloramos de la emoción. La pasta fresca tenía un relleno de queso super sabroso, y la salsa de almejas y tomate era algo fuera de lo común, no apto para mortales. Otro 10.–
¿Con qué comida te darías un homenaje?
Con una caldereta de mi pueblo. Allí en mi zona se hacen unas calderetas de morirse, de hecho ahora mismo tengo una en la cabeza que estoy rememorando hasta el sabor. A veces, quedas con los amigos en el pueblo, haces una caldereta y está muy rica, pero en ocasiones, hay un día en que por alguna extraña razón, ese amigo tuyo que siempre cocina hace algo diferente con la receta que ni él sabe lo que es, pero que el resultado es la bomba.
Fue en una festividad de San Isidro, estábamos todos lo amigos, y uno de los de la cuadrilla hizo una caldereta histórica, hasta él decía “no sé qué es lo que ha pasado pero ha salido increíble”. Podría comerme el perol entero, pero sobre todo podría mojarlo todo en pan, me encanta mojar pan… y porque me corto mucho, pero vamos, me flipa.
¿Qué es eso que nunca falta en tu despensa o en tu nevera?
Cebolla, me encanta la cebolla, siempre tengo que tener cebolla. Y luego queso, soy muy de quesos, de todo tipo, pero tengo dos debilidades: el queso tierno y el queso Cabrales… ¡uf!… siempre que voy por ahí y puedo comprar alguna cuña (suspira), ¡me encanta!.
Supermán tiene su kriptonita, ¿cuál es tu kriptonita culinaria?
El picante, no puedo con el picante, lo llevo fatal. Me acuerdo una vez en Canarias, estaba de gira con Raúl Cimas y una noche salimos a cenar a un mexicano. Total que Raúl y Víctor (el manager) pidieron algo que fuese muy picante, y nos trajeron un botecito con una sustancia de color rojo y nos dijeron “Cuidado que esto, incluso para los que les gusta el picante, es bastante heavy”. Entonces a mí me picó la curiosidad y pensaba “Ostia, eso ¿qué será? ¿qué se experimentará probando eso?” Así que lo probé. Cogí un palillo, mojé la punta… ¡¡solo la punta!!, me la puse en la lengua y… ¡una punta de palillo! No me lo podía creer, yo gritando ¡Pero tío, cómo puede ser que esto pique tanto!
Aquello era increíble.
–Como podéis ver en la foto, el plato quedó más que rebañado en un periquete (y os aseguramos que no solo mojó pan Julián…), así que pronto nos trajeron el último de los platos para compartir, unos riquísimos (sí, riquísimos, otra vez) Tagliatele Don ignacio: pasta fresca con carabinieros, no se podía pedir más. Estos tagliatele volvían a estar al nivel de los anteriores platos, en este caso tenían un toquecillo de picante que a nosotros nos gustó mucho, pero cuidado con aquellos a los que el picante no os entusiasma, como a Julián.–
En restaurantes rusos o mexicanos se empieza siempre con alcohol. A ti el alcohol ¿te dan ganas de comer o te las quita?
Bueno, a mí es que el alcohol me lo pide en cuerpo en momentos puntuales. Yo cuando compro cerveza es para tenerla en casa, rara vez me abro una cerveza estando solo en casa. Lo que sí hago es que me he aficionado a la cerveza de trigo, me puedo comprar una y bebérmela viendo un partido.
Pero estando solo, más allá de eso no… ¡ojo! Estando solo… luego si estoy con los colegas por ahí en modo “Rock&Roll” sí que me tomo unas copillas porque sé que va estar guay.
¿En qué receta tu madre no tiene competencia?
¡Cuidao! Cuidao que nos estamos metiendo en terreno peligroso… (risas). El pisto manchego de mi madre es TOP. Cuando voy a casa de mis padres y mi madre ha hecho pisto y está en su punto… ¡¡uf!!
Luego además se ha sacado de la manga el pollo a la coca cola, y está riquísimo el invento.¡Espera, espera! ¿Puedo decirte algo más de mi madre?
Hace también una coca de cebolla que está… buah… ¡Riquísima! Es que yo cuando voy al pueblo siempre lo tiene todo encendido, está siempre cocinando tres o cuatro cosas a la vez, pone en el horno una coca o una quiché, te vas, y cuando vuelves ya ha puesto un bizcocho de chocolate con naranja, etc… le encanta cocinar.
¿Con qué menú te darías un homenaje?
Bueno… empezaría con unas marineras de aperitivo, que son muy típicas en Murcia: son como unos colines con ensaladilla rusa y una anchoa por encima, eso está delicioso, a mí a mediodía es lo que más me apetece. ¡Ah! Y también metería algo de humus para el aperitivo, me encanta el humus, me vuelve loco, soy un amante del humus.
Después, de primero, una ensalada de queso de cabra: rúcula, canónigos, piña, queso de cabra a la plancha y nueces por encima.
De segundo lo tengo claro, un arroz con bogavante, no caldoso, con el arroz sueltecito.
Y de postre…algo con chocolate, fijo, soy muy chocolatero, pero sin leche, ¡fuera la leche!: una buena tarta de chocolate por ejemplo, o uno de los postres que sirven aquí, que se llama Fuego de Ledna, que es como un brownie de chocolate que está vacío en el centro y lleva un helado de vainilla con chocolate líquido alrededor… está delicioso (y lo pudimos comprobar minutos más tarde).
También me flipa la tarta de queso, una buena tarta de queso como las que ponen por el norte, hechas con queso, QUESO, que la tarta no está ni dulce, es un pegote de queso… pues de esas.
–De postre, no pudimos resistirnos a pedirnos dos de los que Julián nos había hablado muy bien: el Fuego de Ledna, una delicia para todos los amantes del chocolate como él, y un Tiramisú babbo que era cremosidad absoluta.–
Si en un restaurante hay un plato con el nombre del restaurante, ¿te lo pides o no te fías mucho?
(Risas) De primeras…recelo un poco, pienso que es un plato que quieren quitarse de en medio, un plato con tan poca personalidad que el tío ha decidido ponerle su propio nombre. Yo le preguntaría al dueño…pero no, no lo pediría, no me entra.
Sabemos que eres un gran amante de la música, ¿cuál sería la banda sonora de tu cena perfecta?
Generalmente, cuando como en casa con alguien suelo poner jazz clásico, o cantantes como Sarah Vaughan, ó Ella Fitzgerald. Igual es que estamos muy influenciados por las películas de Woody Allen, digo yo.
Si te pegas un buen homenaje, ¿intentas compensarlo al día siguiente haciendo deporte?
Hasta hace poco no pensaba en eso, yo me pegaba mi buen homenaje, cenaba y ya está, pero es que últimamente me ha dado por hacer deporte, que es algo que no he hecho yo prácticamente en mi vida. Corro y hago algo de gimnasio, así que ahora me resulta incluso más fácil: me pego el homenaje y no me importa porque sé que al día siguiente saldré a correr y no me voy a sentir culpable porque lo voy a quemar.
¿Te ha gustado la comida de hoy en Ouh Babbo?
Pues sí, me ha encantado, sobre todo pedir varios platos y haber compartido. Hoy he probado platos que todavía no había probado, ¡y eso que soy asiduo! Pero es que el Fetuccini está tan, TAN rico, que cuando me lo ofrecen pienso “lo he probado, pero… es que no sé cuando voy a volver”… y me lo vuelvo a pedir.
Terminamos la entrevista al mismo tiempo que la comida, que se nos pasó volando por el buen rollo que hubo entre nosotros y porque en todo momento sabíamos que estábamos probando platos de una calidad excepcional, Ouh Babbo había sido todo un descubrimiento, uno restaurante italiano de PRO donde uno puede probar estos deliciosos platos por un ticket medio de 30 Euros.
Estamos super agradecidos de que Julián haya pasado a formar parte de nuestra lista #conelmorrofino y esperamos que este viernes tenga un exitazo en el estreno de su nueva peli.
Ah, y como no, en esta gastroentrevista también os dejamos con los datos de Ouh Babbo, para que vayáis por allí sin dudarlo ni un segundo y les digáis que váis de nuestra parte.
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Calle Caños del Peral, 2.
915 47 65 81