Y si en el capitulo anterior hablamos de un clásico de España como es Rioja, ahora toca hacerlo del otro gran caballo de batalla nacional: Jerez. Sí amigos, Jerez-Xérès-Sherry. Curioso nombre para una zona relativamente cerrada… ¿o será que los cerrados somos nosotros?. Por cierto, prometo no terminar hablando de un vino mallorquín, I swear.
Pero, ¿por qué digo cerrada?. Fácil: me estoy imaginando la cara de muchos lectores. Clásicos como «esto es fortísimo», «que asco, huele a coñac…». También está el sector de «eso es dulce, ¿no?»… etc. Así que el reto para mi es que al menos os echéis un chorrito en el consomé del domingo.
Por otro lado, a pesar de que la denominación de origen tiene ese nombre tan internacional como Jerez-Xérès-Sherry sigue siendo complicadísimo encontrar marcas diferentes de las manidas (y maravillosas) La Guita, La Gitana, Gonzalez Byass o La Ina.
Haciendo una visita por la zona, aparte de ver a los ratones subiéndose por escaleritas en el típico tour del guiri, uno se da cuenta de la cantidad de referencias que no llegan por estos lares. ¿Quizás es una pescadilla que se muerde la cola?. No se explican los vinos fuera de Andalucía, entonces no se consumen, y si no se consumen para que van a traer otras cosas… En fin, un infierno difícil de explicar.
Particularmente pienso que son vinos que hay entender, y eso significa conocer la historia, el porqué de su elaboración y ante todo comprender su grandeza como producto único en el mundo, personalidad desbordante y mucho arte. Como siempre se dice en los círculos de entendidillos: si estos vinos fueran franceses costarían 5 veces más. Y así lo pienso.
¿Qué es lo que les hace tan especiales?. A parte de poder mezclarlos con sprite, lo que es evidente es que lo que nos vamos a echar a la boca es totalmente diferente. Son vinos fortificados, como los Portos (eso os gusta más eh jodios…) es decir, después de fermentar como cualquier otro vino hay una adición de alcohol para subir el grado, lo que permite (por simplificar todo mucho) la creación del archiconocido velo de flor. Basicamente una capa de levaduras que cubren el vino y confieren una serie de propiedades especiales.
No menos importante es el clima de la zona y el suelo (esa albariza….), como en todo vinaco que se precie, y es que Jerez huele a fino, y el fino huele a Jerez.
Miles de webs con informaciones didácticas podéis encontrar en la red. Y como no queremos dar mucho la chapa, ¿verdad?, os remito a ellas. Tan solo comentar que según la vejez y tipo de crianza en bota (lo que sería la barrica de la zona) vamos a tener diferentes tipologías.
Pero a donde yo quiero llegar, aparte de que estos del morro fino me quiten de currar, es que cuando veáis una botella de manzanilla La Guita por 5 míseros euros no penséis que eso es una puerquez, el señorio de los llanos andaluz, ¡para nada!.
Estamos hablando de un vino con personalidad, que marca unas ricas notas yodadas, la influencia del mar en San Lucar de Barrameda es palpable. Muy bien hecho, con clasicismo, que gana con el tiempo (si veis botellas con fecha de consumo preferente pasada a por ellas, verás que bien). Que llena la boca, salino. Y que está que te cagas con unas gambitas cocidas.
Y que decir de Tio Pepe. No ha habido cojones a quitarles el luminoso de la Puerta del Sol. El fino (manzanilla en San Lucar = fino en el resto de Jerez) por excelencia. Y si os han pagado el variable quizás os podáis permitir una botellita de Tío Pepe en Rama por unos 13 cucos. Os recomiendo consumir de un año para otro.

Vía http://www.sherrynotes.com/
Si queremos subir y meternos en cositas más serias voy a revelar un secreto a voces: Wellington Palo Cortado VOS (very old sherry, ¡20 añitos de vino!) a unos 12 euros en Alcampo!!!. Nadie da tanto por tan poco, un vino viejísimo, con lo que ello supone, a un precio de risa.

Vía www.tanners-wines.co.uk
Por supuesto, y como pasa casi siempre, la mejor manera de adentrase en el mundo del Jerez es comiendo, para mi vinos muy gastronómicos, hay que buscar una pareja de baile para cada uno de ellos y ¡a gozar!. Unos quesitos con un oloroso, un palo cortado con una hamburguesa hasta arriba de kétchup, un amontillado con una fabada y una siesta.

Vía https://www.vinetur.com
Ah!, y dejaos de rollos de catavinos y demás, copón grande y a funcionar. No dejéis de daros una vuelta por vuestras vinotecas de referencia y preguntar por estos grandes vinos.
PD: No me responsabilizo si os ponéis finos y os zumbáis la botella entera…