Algunos se preguntan si dentro de 50 años acabaremos comiendo insectos, pero lo cierto es que… ¡no hace falta irse tan lejos! La entomofagia ya está aquí, muy presente, incluso en los mejores restaurantes con estrellas Michelin, como Punto Mx, del laureado chef Roberto Ruiz, y hasta en los lineales de los supermercados para su venta.
Pero además, los insectos, como alimento, tienen el reconocimiento de los dietistas-nutricionistas. De muestra, la afirmación de Bricia López Plaza, miembro del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (CODINMA) “Los insectos son una muy buena fuente de proteína y pueden utilizarse como alternativa a otras proteínas de origen animal convencionales. En este sentido podemos decir que la calidad de su proteína es tan buena como la de la carne; pero además, son una buena fuente de ácidos grasos (linolénico y linoleico), lo que les pondría en ventaja con respecto a este último alimento”, comenta.
Los insectos son una muy buena fuente tanto de proteínas, como de ácidos grasos. Clic para tuitear
Sí, queridos gourmetistas, la entomofagia parece tener muchos pros, pero ¡ojo! porque tampoco podríamos decir que comer insectos sea la gran panacea. “Aportan poco calcio a la dieta ya que, al ser invertebrados, carecen de un esqueleto mineralizado por lo que su consumo supondría una desventaja sobre otras fuentes de proteína animal que también aportan calcio, como las sardinas”. Es decir, que lo deseable, según la experta en nutrición, es que se integren de forma paulatina a la dieta, junto con otras fuentes de proteínas ya habituales en nuestro consumo, para así mejorar la variedad de lo que comemos. “Esto garantizará la adecuada cobertura de las ingestas recomendadas, proteínas por un lado, pero también energía y nutrientes”, matiza.
En la variedad está al gusto
Cuando hablamos de entomofagia, el abanico es muy amplio, créenos. Tanto que, si consigues superar los prejuicios iniciales y la aparente repugnancia psicológica, no sabrás por cuál decantarte. Solo en México, por ejemplo, se comen más de 500 variedades, y en España también se pueden encontrar en el mercado un sinfín de ellos. En BCN Insects, de la familia Petrás, en Barcelona, ofrecen gusanos Mopani de Zimbawue; cucarachas, grillos y saltamontes de Tailandia; tarántulas y escorpiones negros asiáticos, y hasta los conocidos chapulines mexicanos.
Solo en México, se comen más de 500 variedades de insectos. Clic para tuitear
Estos últimos, por cierto, son unos de los bichitos favoritos para el chef mexicano Roberto Ruiz. “Los chapulines de alfalfa que se alimentan de esta planta son los más pequeños y tienen un pronunciado sabor a clorofila, además de su textura crocante”, nos cuenta. Sí, sí, sabor a clorofila o incluso a palomitas de maíz. “Las hormigas chicatanas se alimentan de hojas de maíz que recolectan y fermentan, y dejan un sabor a palomitas de maíz y frutos secos tostados; otros insectos que me gustan son los chinicuiles, que se alimentan de maguey y tienen un pronunciado sabor a humo y minerales propios del maguey; y los escamoles, que son larvas de hormiga reina. Tienen un sabor delicadísimo, al que en cocina aportamos complejidad con el chile guajillo y la grasa del tuétano”, comenta el propio Roberto Ruiz.
Un snack como cualquier otro
Es lo que parece proponer Isaac Petrás, de BCN Insects, quien asegura que “tostados y con algo de condimento, no dejan de ser un aperitivo”. Y lo sabe bien, porque ellos venden algunos con sabor a queso y hasta a barbacoa. “Tostados o fritos es como se consiguen mejores resultados, porque también es la manera con la cual la textura es mas parecida a algo ya conocido y lo hace más apetecible”, comenta mientras me afirma que si yo los probara, el sabor me sorprendería.
Por lo pronto, me reservo el derecho a cuestionarlo, aunque tal vez, algún día, el chef Roberto Ruiz podría conseguir que cambiara de opinión. “Para todos nuestros clientes y amigos que se han animado a probarlos, en general ha sido una experiencia muy grata y positiva. Bien es verdad que los insectos que utilizamos en Punto Mx son 100% mexicanos y no se pueden conseguir en otro sitio, por lo que sería muy complicado que estos insectos que nosotros hemos elegido se puedan obtener de forma regular en España; nosotros trabajamos con insectos de temporada, recolectados de manera artesanal en mi país por micro empresas familiares. Son producciones limitadísimas y temporales cada vez más difíciles de encontrar”.
De grillos hasta las patas
Como bien matizaba la dietista-nutricionista Bricia López Plaza hablando sobre la entomofagia, “en términos generales, los insectos cubren los requerimientos de aminoácidos esenciales de la dieta, y representan una fuente valiosa de proteínas alternativa a las convencionales”. Pero… ¿cuántos de estos bichitos tendríamos que comernos para que realmente todas sus ventajas cubrieran niveles beneficiosos en nuestro organismo? “El contenido de proteínas de un insecto varía enormemente dependiendo de la especie de la cual se trate, el estado de desarrollo, la alimentación recibida, etc.
Este puede variar desde 7 a 48 gramos por cada 100 gramos de alimento fresco. Si tenemos en cuenta que una persona adulta necesita de media entre 0,8 y 1 gramos de proteína por kilo de peso al día, una persona de 70 kilos necesitará entre 56-70 gramos/día de proteínas. En este ejemplo en concreto se necesitaría consumir alrededor de 115-150 gramos de insectos frescos para cubrir las necesidades diarias de proteínas, siempre y cuando el contenido de proteínas sea alto y, hasta 800-1000 gramos/día, si su contenido proteico es bajo”.
El contenido de proteínas de un insecto varía enormemente dependiendo de su especie, el estado de desarrollo, y la alimentación recibida Clic para tuitear
Y ten en cuenta un último dato. Y es que la elección del insecto a consumir será determinada por las características individuales de cada individuo. Es decir, que si lo que buscas es aportar proteínas a tu dieta, los más adecuados, según Bricia López, son las especies del orden Orthoptera (Saltamontes, grillos o langostas); muy ricos también en aminoácidos esenciales triptófano, lisina y treonina. Si el objetivo, en cambio, es obtener ácidos grasos, los bichos más adecuados son los Coleópteros (Escarabajos y larvas). Y si en tu caso estás falto de minerales, los más adecuados serían los gorgojos y orugas que, según la especialista, han demostrado ser ricos en zinc y hierro.
Como ves, hay insectos para todos los gustos… ahora cuéntanos ¿te atreves con la entomofagia?
Fotos: Unsplash
Como dirían en el Rey León: ¡Viscoso, pero sabroso! Todavía no he probado los insectos, aunque dicen que es la comida del futuro.
Los insectos comestibles son un alimento que aporta multitud de nutrientes entre ellos destacan la gran cantidad de proteínas que tienen. Gran artículo!!!!
Me encantan los insectos!
¡Buen artículo! Los insectos son muy ricos en nutrientes y son un ingrediente muy versátil que combina en multitud de platos.
Yo creo que la entomofagia poco a poco se irá instaurando en España debido a lo poco contaminante que es la producción de este alimento y los grandes nutrientes que aporta
¡Jamás comería insectos!