El restaurante que te recomendamos esta semana es, muy posiblemente, uno de los más peculiares y con más solera de los que hemos visitado, y ya van unos cuantos. Se trata de un proyecto especializado en carnes, con más de 40 años de trayectoria, que ha sabido ir evolucionando con los tiempos, adaptando y ampliando así su oferta de cortes de carne (su gran especialidad), siempre con la mirada puesta en Argentina, pero también con una buena selección (ojo, tienen unos 14 cortes diferentes) de carnes Uruguayas y Europeas. Te hablamos de El Viejo Almacén de Buenos Aires.
No hay otro igual, desde luego en Madrid, y me atrevería a decir que en toda España. Según entras por la puerta, y escuchas una grabación que dice: «¡Ché, qué bueno que viniste!» (en acento argentino, claro), entras en una curiosa sala dividida en varias zonas, todas ellas llenas de fotos con clientes, recuerdos, iconos futboleros, letras de tangos, bandoneones, y con una banda sonora que igualmente va en la misma línea. De hecho, te recomiendo que el resto del post lo leas con esta música de fondo.
Imagínate cómo dominarías un tema si llevaras más de 40 años haciendo lo mismo. Así es, en este singular (y escondido) restaurante, César Ruda (segunda generación a los mandos) lo tiene todo controlado para que disfrutes al máximo, mientras te transporta a Buenos Aires sin salir de la zona norte de Madrid. Y aunque tienen grandes e históricos hits, como las maravillosas empanadas, el punto fuerte está en su oferta de carnes, que seleccionan cuidadosamente no por origen, sino según su calidad, y cuya maduración nunca supera los 35 o 40 días, cosa que yo personalmente agradezco.
La carta de El Viejo Almacén de Buenos Aires es bastante extensa. Una selección de entrantes típicos argentinos, ensaladas (no las probamos), y después diferentes cortes tanto de novillo argentino, novillo uruguayo, como de vaca vieja. Nos recomendaron pedirlo todo para compartir, incluso las carnes, para así poder probar más cosas, eso fue lo que hicimos, y lo que te recomendamos que hagas. Ya mismo vamos al lío, a contarte qué pedimos en nuestra última visita.
Empezamos el show con un super hit. Sus Empanadas, una de cada. La típica argentina (la que está en primer plano en la foto), otra muy sorprendente de Espinacas, y la tercera, la de Queso y cebolla. La receta es de la madre de César, intacta de hace casi 40 años. Imagínate cómo está.
Seguimos con otra de las especialidades en El Viejo Almacén de Buenos Aires, sus Mollejas de corazón a la parrilla. Tiernísimas, con un puntito de limón y la sal negra en escamas, maravillosas como pocas.
Y un tercer entrante, también marca de la casa. La Provoleta, queso provolone fundido a la parrilla, con orégano, y poco más. Ni falta que hacen más historias.
Después, pedimos tres cortes de carne muy diferentes entre sí, la gran especialidad en El Viejo Almacén de Buenos Aires. Primero, el Ojo de bife (lomo alto) argentino, extra jugoso, muy tierno, con su crocante en la parte superior.
Seguimos con el Asado de tira, la costilla de vaca con 30 días de maduración. Con mucha infiltración de grasa en cada corte, para un punch de sabor que se percibe claramente con su olor según te acercan el plato a la mesa.
Y por último, Lomo bajo de vaca vieja. Aún más intensidad de sabor (si pides diferentes cortes, te los presentarán de menos a más), con el punto exacto, al menos como nos gusta a nosotros,
En cuanto a los sides, tienen tres tipos, patatas fritas, salsa criolla (como un pico de gallo pero con cortes de verdura más grandes), y el camote (boniato) frito, que te lo recomiendo. Está espectacular.
De postre, ya andábamos tocados, pero teníamos que pedir su Tarta de queso (elaborada con queso fresco). Diferente a la tarta de queso que tan trillada está (casi líquida), tiene ese punto fresco, que no cremoso, y con el dulce de leche, entra sola.
Ya fuimos hace años, y hemos repetido varias veces desde entonces. Y es que así es El Viejo Almacén de Buenos Aires, un restaurante de esos que dejan huella, donde todo está hecho con cariño, donde saben que comerte un asado de tira escuchando el «Volver» de Carlitos Gardel, sabe el doble de rico. Desde los entrantes, hasta el postre, no hay fallo, aunque la joya de la corona son, como has visto, los diferentes cortes de carne. Mención especial también para su cuidada selección de vinos argentinos, para sus noches de tangos en vivo (de martes a sábado), y para su tienda online, donde puedes comprar todos cortes (muchos de ellos muy complicados de conseguir) que ofrecen en el restaurante. El ticket medio está en 35-40 euros. Tip final: Importante, no dejes de probar su chimichurri.
Por si quieres seguirles la pista más de cerca, aquí tienes el perfil de Instagram de El Viejo Almacén de Buenos Aires. ¡Ya nos contarás!
C/ Ramón Gómez de la Serna, 4.