Lo confieso, mis habilidades como repostero dejan mucho que desear… hace tiempo me regalaron el libro “Cocina para torpes”, y después de varios años, varios libros y muchas pruebas, con el salado más o menos me apaño bastante bien, pero el dulce fíjate, se me resiste.
Por eso, cuando supe que Dr.Oetker organizaba un taller de repostería con «recetas» mágicas (especiales para los que flojeamos con la repostería), y que además era justo un día antes del segundo cumpleaños de mi hija Noa, supe que tenía la excusa perfecta para ponerme las pilas y llevarle una tarta en condiciones.
Y allí me planté, con muchas ganas de aprender y de ponerme dulce, en Cocinea, una nueva escuela de cocina en la zona de Legazpi, que ya tenía fichada y como ves, tiene pintón.
Comenzamos el taller con un Crumble de frutas, al que añadí frambuesas, arándanos hasta decir basta, y un extra de almendras crocanti. Nunca había hecho un crumble, y no pensé que fuera tan sencillo, al horno 50 minutos y a por lo siguiente.
Y aquí fue donde triunfé con una gran Tarta de 4 pisos, dos bizcochos claros y dos oscuros intercalados, con un toping fresa y crema de chocolate, y un recubrimiento final de chocolate.
Me moló mucho que nos dejaran experimentar, nos echamos muy buenas risas en el taller… El Dr.Oetker tiene la mejor «receta» para todos esos dummies del dulce, me incluyo, bueno, ya no…
Por cierto, que sepas que aunque la tarta no me salió especialmente bonita, a mi hija Noa le encantó.
Haz la prueba, ya verás qué fácil… y si tu también mejoras tus recetas dulces de estas Navidades cuéntanos, queremos detalles, o mejor, que nos invites… ¿cómo lo ves?.