Derzu Bar, auténticos maestros del kung food en Barajas

Hace tiempo hice una encuesta en Instagram, preguntando si echabais algo en falta, si podíamos hacer algo por mejorar nuestros tips, y una de las respuestas más se repitió fue aquella que pedía más recomendaciones fuera del centro de Madrid. Bien, como me gusta satisfaceros más que nada, la semana pasada nos pasamos por el barrio de Alameda de Osuna (Barajas), para conocer una propuesta llena de carácter (asiático), y mucho buen rollo. Te hablamos del buen curro que hacen, desde 2016, los chicos de Derzu Bar.

Un esquinazo, bajo un bloque residencial (como lo son la mayoría de los edificios de este barrio), es el escenario en el que los cocineros Daniel Vangoni y Sergio Guijarro desarrollan una más que acertada batería de recetas con varios países orientales como protagonistas. Una cocina vista, (y tan vista… más bien dentro de lo que es la sala de Derzu Bar), en la que tocan palos desde chinos hasta tailandeses, en una apuesta bautizada por ellos mismos con el juego de palabras Kung Food.

Aquí todo rezuma esencia oriental, desde el nombre Derzu Bar (que viene de la película japonesa de 1975, Dersu Uzala by Akira Kurosawa), hasta el ambiente a taberna asiática, con lámparas chinas y carteles de pelis japonesas, pasando, claro está, por su carta. Reducida, apenas vislumbra una batería de escuetos nombres: Rollito, Bao, Gyozas, Dim Sum, Noodles… los grandes clásicos de la cocina asiática, pero en el freestyle de Sergio y compañía. Daban ganas de pedir uno de cada, pero al final y con ayuda Dustin Silva, jefe de sala, nos decidimos por los siguientes platos.

Tras un caldito de la casa con un toque de siracha, menta y cebolleta frita, que entró como Dios (el frío apretaba fuera), un segundo aperitivo que es toda una declaración de intenciones, su versión de la Patata Brava, con base de siracha, kimchi y cebolla encurtida. Aquí ya empiezan con el «We Love Siracha».

Comenzamos con unas Gyozas clásicas (llevan con ellos desde el comienzo de Derzu Bar), de langostinos y shitake, con un guiso de panceta y mayonesa de yuzu.

Seguimos de unas Gyozas de setas salteadas, ojo, recién estrenados en carta, con emulsión de ajo. Primer punch. Esa masa, y ese relleno, ya de por si, solitos, merecen una visita a Derzu Bar.

Después, un doblete en cesta de bambú. Primero, las Black Gyozas de papada, chipirón en su tinta y huevas de arenque. Otro de los clásicos en Derzu Bar, y con razón, porque es un bocado que para mí, lo tiene todo.

Los de debajo, Dim Sums de rabo de toro con huevos de codorniz y kimuchi. Otra combinación, muy diferente, pero igualmente letal.

Luego, pedimos su versión (no es la clásica, para nada) del Pad Thai (fideos de arroz), con langostino, tamarindo, brotes de soja, cacahuete, huevo en baja temperatura y bien de cilantro. Buenos están, pero posiblemente fue lo que menos nos entusiasmó en nuestra visita a Derzu Bar. Creo que hubiera sido mejor opción decantarnos por su Arroz al wok (en la próxima caerá).

Por último, sus Costillas a baja temperatura (4 horas) con salsa hoisin, con ensalada Waldorf. Tiernas, sabrosísimas… dejamos todos los huesos bien pelados, como debe ser.

De postre, Bizcocho húmedo de chocolate (parecido al brownie) con ganache de chocolate picante, crema y helado de maracuyá, acompañado de avellanas garrapiñadas. Muy buen final.

De Derzu Bar te vas con ganas de volver al día siguiente, porque aquí mola todo. Te cuento. Está alejado del centro y puedes aparcar en la puerta; tienen un rollo muy fresco tanto en su cocina (integrada directamente la sala, con extracción de humos perfecta) como en el trato, y eso siempre se agradece; su carta es corta pero muy efectiva porque te permite pegarte un atrevido viaje por toda Asia; y por último, e importantísimo, el ticket medio que manejan es de 25 euros por persona, así fue en la primera de muchas visitas que les prometemos. ¡Larga vida al Kung Food!

Si quieres seguir las locuras de Sergio y el equipo de Derzu Bar en Instagram, ya sabes, dale.

C/ Bahía de Palma, 4B.

912 337 148