Mira que hay donde elegir en España, tienes diversidad y calidad allá donde vayas… pero posiblemente, si tuviera que elegir un tipo, me quedaría con la cocina atlántica… los pescados, los mariscos y esos guisos de la gastronomía asturiana, vasca y gallega me flipan.
Por eso tenía tantas ganas de conocer Atlántico, una casa de comidas, de las de siempre, pero con el sello del señor Pepe Solla.
Con las premisas de “claridad y esencia”, este chef con una estrella Michelín en su restaurante gallego, Casa Solla, llega a Madrid con este nuevo proyecto, al que pone a los mandos a Lucía Lema, quien ya había estado trabajando en su equipo en Galicia.
La decoración es perfecta, en forma y fondo. Se recrea un ambiente cálido, pero que evoca claramente al mar y al océano por donde mires, con mucha luz natural gracias a unas claraboyas en el techo, y con detalles de estos que no se te olvidan, como una pizarra gigante con un montón de nombres de productos escritos en tiza, como se hace en las lonjas de su tierra.
Te contamos lo que pedimos, para que puedas hacerte una idea de lo que te encontrarás en su carta, que como puedes ver, está en gran medida dominada por elaboraciones con productos del mar, que les llevan diariamente desde Galicia, ¡como debe ser!.
Mejillones en curry verde, al abrir la cazuela un potente aroma a curry se te viene encima, un caldito espectacular, que con esos pedazo de mejillones le va que ni pintado.
Una ración de Empanada del día, que era de carne, la suelen tener cada día de productos diferentes… y nos vamos a tener que pasar a probar otro día la de vieiras que nos comentan, porque esta de carne es una pasada.
Caballa marinada con verduras y escabeche cremoso. En carta era el juriel, pero al no ser temporada, y de la caballa sí… ¡porque qué caballa! nos la prepararon con escabeche y verduritas asadas, productazo y guarnición perfectas.
Pulpo arosana, el guiso tradicional, con sus patatas y su pimentón, de toda la vida, pero con este productazo, un gran plato.
Caldeirada, con un punto picante, con el pescado del día, que aquel día era corvina, el nivel estaba alto, pero este plato es posiblemente el que más nos gustó.
Y para acabar… ¿sabes esa sensación de “he comido muy bien, no sé si los postres estarán a la altura”… que a veces tienes? Pues en este caso, te puedo asegurar que lo están.
Pasión, coco y piña, según nos dicen su postre menos dulce, porque aquí lo que predomina es el ácido del maracuyá, fresco como él solo, brutal. Y como nos gustan los contrastes, nos fuimos al otro extremo, Me pierde el Chocolate, el más dulce de todos, una mezcla de chocolates en texturas que también nos pareció espectacular.
Maravillosa experiencia en Atlántico, casa de comidas, regada con vinos gallegos (tienen una cuidada selección de vinos de la tierra, tanto blancos como tintos, como el Guímaro, un Riberia Sacra que me tiene loco), con un ticket que ronda los 30-35 euros por persona. Pues eso, para volver y volver sin parar.
Pepe, enhorabuena por el proyecto, y gracias por hacernos disfrutar tanto de estos platos gallegos… no sé si fueron sensaciones mías, pero por un momento llegué a sentir olor a mar.
Como siempre, aquí te dejamos su web, Facebook e Instagram:
http://www.atlanticocasadecomidas.es/
C/ Velázquez 31. MADRID
914 356 316
Si te pasas por Atlántico, casa de comidas y quieres contarnos qué tal la experiencia, estaremos encantados de leerte, y si es así y quieres chivárselo a esos amigos #conelmorrofino, seguro que te lo agradecen… ¡mil gracias!.
Fotos: Ana Gómez
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