Hay que ver, qué mal llevo yo el frío. Estoy como loco porque suban las temperaturas, pero parece que todavía nos quedan días de mucho frescor. La semana pasada lo tenía metido en los huesos, y buscando con urgencia en mi memoria gastronómica recordé que hacía años que no volvía a Asgaya, el mítico asturiano cerca de Plaza Castilla. Me imaginé con una fabada y un cachopo entre pecho y espalda, y esbocé una enorme sonrisa de felicidad, así que para allí que fuimos, a calentarnos en cuerpo y alma.
Esta casa, propiedad del asturiano Manuel Fernández, lleva desde el 2011 preocupándose por dar muy bien de comer manteniendo la tradición asturiana, pero también con la premisa de saber actualizarse a los tiempos que corren, y así lo premian sus clientes a diario. Ahora acaban de estrenar nueva carta, como siempre, con la temporada y el mercado como principales mandamientos. Sobraban las razones para volver por esta casa.
En Asgaya puedes comer, o bien en su comedor (dividido en dos zonas), o en una amplia terraza. Nosotros, como siempre andamos en la búsqueda de buena luz, optamos por la segunda opción. Entre sus calefactores y lo que teníamos pensado comer, íbamos a entrar en calor rápidamente.
Y como en Asgaya, uno de los puntos fuertes es su gran selección de sidras naturales, de pequeño productor, optamos por arrancar con Pomar, una sencilla pero efectiva sidra rosada espumosa.
Empezamos con un clásico en Asgaya, las Sardinas ahumadas al momento. Olvídate de las que conoces por ahora. El sabor ahumado que tienen esto lomos es otra liga.
Siguió una Lasaña cremosa de Centolla, con huevas, arroz salvaje y piparras.
Después, un Bacalao confitado, con pisto asturiano. Bien, correcto el punto, rico el pisto, pero eso sí, no para tirar cohetes.
Y aquí sí, cohetes, y fuegos artificiales. Su grandísima Fabada asturiana, densa, sabrosa, pero a la vez muy ligera. En una cazuela del que podrían haber comido dos personas más. Asturias en estado puro.
Y para rematar la faena, el famoso Cachopo Asgaya, de solomillo, con mezcla de quesos Laperal y Vidiago, y jamón ibérico. Pocos, muy pocos cachopos me he comido yo de este nivel.
Y claro, de postre, el Arroz con leche, tradicional y requemado. Maravilloso, la verdad. Junto con el que nos comimos en Bistronómika, de los mejores de Madrid.
Cinco años después de nuestra primera visita, nos vamos del restaurante Asgaya con el objetivo más que cumplido. Doblemente felices, por comprobar cómo después de tanto tiempo no solo siguen haciendo bien las cosas, sino que incluso hay recetas mejoradas, como la fabada o el arroz con leche, y también con esa alegría con la que te vas de un restaurante cuando has comido pero que muy bien. Aunque es una comida contundente (Asgaya significa abundancia, ojo), sus platos están tan trabajados a nivel «desgrase», que no tendrás sensación de pesadez. Con un ticket que rondará los 45 euros por persona, es un restaurantes muy a tener en cuenta cuando quieres comer en un asturiano de gran calidad.
Como siempre, aquí te dejamos la web de Asgaya, su Instagram, y un botón para que reserves del tirón 😉
C/ Doctor Fleming, 52.